Superar la preocupación por ser perfectos, ya que esta bloquea e inhibe en tantas circunstancias las acciones del mismo momento de intimidad, dudando de si le gustará lo que uno hace, creando inseguridades y falta de confianza en el juego, y en las relaciones de la pareja, estando centrados en lo que dirá el otro en lugar de abandonarse a la entrega y al placer. Apostar por crear positividad y como en diferentes momentos vitales, no juzgarse, disfrutar.