Es un juego que fue diseñado por un alumno de psicología expulsado de su universidad, y con enfermedad de psicopatía, llamado Philipp Budeikin.
Necesitaba manipular a ciertos grupos de población para "limpiar a la sociedad" de los indeseables.
El nombre ballena azul, se inspiró en el varamiento, comparado con el suicidio de los cetáceos, y comenzó en Rusia sobre 2013, como "F57", un nombre de "un grupo de la muerte" en VKontakte.
El proceso del juego desarrollado por internet, consiste en las relaciones que se establecen entre los administradores y los jugadores que participan en él.
En 50 días, pueden hacer que un hijo se quite la vida, suicidándose.
Los administradores les van poniendo una serie de tareas diarias que tienen que realizar, unas en el mismo día y otras pueden ser asignadas con antelación.
Las tareas, pueden llegar a ser horripilantes como la de ordenar hacerse cortes en las muñecas o los brazos "cutting", sentarse o subirse a las alturas para exponer su cuerpo al vacío, estar varios días sin dormir...la última es la de ordenarles que se suiciden.
El lavado de cerebro y persecución psicológica a las víctimas implica a su vez múltiples amenazas, como que algo malo puede pasar a su familia, o que la información que han obtenido en el proceso de juego será utilizado contra él y la familia.
Con la manipulación, amenazas e intimidación, intentan que el jugador no abandone, prácticamente desde el principio, están amenazados. Es una auténtica crueldad psicológica.
El primer suicidio de que se tenga constancia, fue en Rusia en 2015.
Además de otros casos, recientemente en Madrid ya ha habido constancia de algunos casos, y quién sabe otros que puedan existir y que no se hayan relacionado con la ballena azul.
El pasado miércoles se tiró una chica de 13 años desde lo alto de un edificio, falta por determinar las causas, pueden ser tantas...
Es como un macabro reto al que someten a los que se apuntan al juego, sometiéndoles a un proceso de lavado de cerebro y manipulación psicológica.
Por ello los padres tienen que estar al tanto de las páginas que sus hijos visitan, a veces de forma oculta y secreta, incluso les están matando ante sus propios ojos...