La esencia de plenitud del amor, placentero y satisfecho, disfruta compartiendo el encuentro con el otro, el ser del otro y cuando hubo calidad de conexiones de cuerpos, mentes y espíritu, no se produce esa angustia y obsesión por repetir y repetir.
Como tampoco la hubo por terminar rápido para volver a empezar.
Y si en un punto determinado del encuentro, cuando los cuerpos, mentes y el ser total, al unísono fluyen en la dinámica de una nueva fusión, de tener otra conjunción, tendrá entonces su maravillosa bienvenida y acogida.
Sin más que disfrutando los hechos que se van produciendo, y a la vez con la inmensidad del todo transformado.
Un nuevo toque transcendente e irrepetible, creado para los estados presentes de las dos personas. AMOR PLENO...!