Al interactuar con las otras sustancias químicas del cerebro, neutralizan y reducen la percepción de malestar y del dolor.
Incluso dicen que son como opiáceos, tipo morfina, y no sólo disminuyendo las sensaciones del dolor, sino que producen euforia, una especie de subidón de energía, positivismo y bienestar.
Se producen en el segundo cerebro, es la zona del abdomen, en el cerebro y en la médula espinal.
Una de las maneras de estimularlas, es haciendo deporte regularmente, que mejora el estado de ánimo, la seguridad y la autoestima...(SIGUE)...