Es un hecho en las parejas. Vivir atados puede provocar sensación de incapacidad y falta de autonomía. Esto produce irritabilidad y discusiones. La pareja rompe.
A la larga pueden existir muchos factores de confluencia que van manteniendo el amor, o por el contrario, interferencias y dificultades que lo debilitan.
En este segundo caso, no tiene obligatoriamente que ser por mala intención, por torpeza o por carencias, sencillamente es otra persona. Y la evolución para cada uno ha sido diferente.
Y en medio de unas circunstancias que no ayudaron.
En cambio, cuando en la pareja saben volar juntos, pero no atados, el amor perdura...