Tienen una envidia enfermiza, convertida en un rasgo patológico.
Sienten rabia y frustración ante algo que los demás puedan poseer, sea cual sea. Lo perciben como algo que les disminuye, que les margina. Y se revuelven contra ello.
En realidad viven en competición con las demás personas.
Al fin tienen una envidia patológica. Y por ello son destructivos.