Es la mejor forma de perder el control de su vida. Ventilar la intimidad y permitir a los que lo han oido, que puedan utilizarlo de malas formas.
A veces abunda tanto la envidia, que puede convertirse en un arma destructiva.
Es lo que ocurre con el acoso psicológico. Aspectos íntimos que se han compartido en una etapa de más confianza, cuando el acosador se revuelve para hacer daño a la víctima, intenta tergiversar todo para difamar y terminar hundiendo a la presa.
Se es más libre cuanto menos se cuente...