Cuando vives en pareja, hay situaciones que se pueden complicar, según las actitudes que mantengas. El psicólogo John Gottman (1942), profesor de la Universidad de Washington, señala unas cuantas que perjudican gravemente la paz y la felicidad.
Contando con las 2 citadas en este blog los 2 días anteriores, tenemos también la defensividad.
Y es algo frecuente en las parejas que tienen repartidas las responsabilidades y tareas, y pasa el tiempo sin cumplir su parte.
Lo peor es cuando se ponen a la defensiva, tratando casi de culpar al otro, entrando al ataque, diciendo que no tuvo tiempo, que estaba a tope, o agotado/da, o que se le habían solicitado muchas tareas a la vez.
El problema es que otros asuntos, si se hicieron, parece que para ello sí hubo tiempo.
Lo que desemboca en conflicto es cuando se ataca al otro, tratando de justificarse, y cargando la responsabilidad en el otro, manipulando y dando la vuelta a la situación.
Entrar a la defensiva atacando, no es la solución.
Lo que interesa en estos casos es la intención de resolver, de disculparse razonadamente y sin atacar, incluso pidiendo perdón, e impidiendo que se repita.
Sencillamente, comprendiendo que sí, que sus funciones allí representan un esfuerzo. De lo contrario dará lugar a roces, discusiones y enfados que acaban creando un ambiente envenenado, y contribuye al fin de la relación...(SIGUE)...
Contando con las 2 citadas en este blog los 2 días anteriores, tenemos también la defensividad.
Y es algo frecuente en las parejas que tienen repartidas las responsabilidades y tareas, y pasa el tiempo sin cumplir su parte.
Lo peor es cuando se ponen a la defensiva, tratando casi de culpar al otro, entrando al ataque, diciendo que no tuvo tiempo, que estaba a tope, o agotado/da, o que se le habían solicitado muchas tareas a la vez.
El problema es que otros asuntos, si se hicieron, parece que para ello sí hubo tiempo.
Lo que desemboca en conflicto es cuando se ataca al otro, tratando de justificarse, y cargando la responsabilidad en el otro, manipulando y dando la vuelta a la situación.
Entrar a la defensiva atacando, no es la solución.
Lo que interesa en estos casos es la intención de resolver, de disculparse razonadamente y sin atacar, incluso pidiendo perdón, e impidiendo que se repita.
Sencillamente, comprendiendo que sí, que sus funciones allí representan un esfuerzo. De lo contrario dará lugar a roces, discusiones y enfados que acaban creando un ambiente envenenado, y contribuye al fin de la relación...(SIGUE)...