Dice la sabiduría popular que "entre plantar y recoger hay que regar y esperar".
Y es que se quiera o no, la realidad marca sus tiempos.
Cuando las personas son más impacientes y desean todo ya, pueden acumular una gran frustración, puesto que las expectativas personales, no se ajustan a los tiempos de realidad, que son cotas espaciales y temporales.
La impaciencia se crea en la gente que necesita tener el control de las situaciones, viviendo de forma acelerada y quieren tener resultados incluso anticipándose a las secuencias lógicas de la misma realidad.
La impaciencia perjudica mucho a la persona que la tiene, creándole incluso más ansiedad y estrés, y a su vez es como un círculo vicioso puesto que la gente con ansiedad y estrés, también se vuelve muy impaciente...(SIGUE)...