Las personas celosas necesitan curarse, salir del infierno.
Incluso
llegan a límites de presión insospechados torturando con preguntas extremas, como
que tal lo hacía la otra persona, el tamaño, qué posiciones, cómo besaba, todo
una obsesión y un gran sufrimiento para ambos.
Si después de hablar con
claridad y confianza la pareja percibe que está cerrado a posibles
explicaciones, que permanece en su terquedad y obsesión, y este cuadro se
repite, antes de que se agrave y acabe en drama, a la pareja le urge que el
celoso solicite consulta para terapia, ya que al fin con sus desequilibrios
amarga la vida de los de su entorno, vive en el pasado o en el futuro y su
ansiedad y angustia le están destruyendo...(SIGUE)...