A veces se crea un proceso de evolución y la gente puede ir pasando de
la nada al todo. La gente que tuvo carencias afectivas, puede que lo valore
más, las personas son muy diferentes y van constatando su libertad de elección
optando por sus preferencias, e incluso lo que unos aprecian en una etapa de su
vida, pueden cambiar de gustos y no desearlo en otras.
En casos de gente muy
afectiva con dificultades para controlar sus muestras de afecto, pueden ejercer
en su pareja una especie de asfixia, de saturación y de hartazgo.
Sienten como
si la otra persona fuera demasiado absorbente, reclamando siempre atención.
Ante esta situación de presión, puede generar en el otro el deseo de volar y de
salir de esa jaula...(SIGUE)...