A veces en las parejas se instauran hábitos disfuncionales, y siempre discuten sin llegar a avanzar y solucionar los conflictos.
Y no les conviene permitir que la ira desemboque en una furia descontrolada.
Antes de que todo derive en peleas irracionales, es preferible que identifiquen cuales son los motivos que les llevan a esa pérdida de horizontes, a esa rabia y sobre todo a más roces y malas palabras que no interesa ni conviene que la otra persona oiga y queden en su mente durante años.
Lo mejor sería aprender a manejar los tiempos y los espacios de una forma más favorable para los dos y decidir cuando poder conversar con más serenidad...