Otro extremo perjudicial es la frialdad.
En
algunas sociedades se juzgaba muy negativamente a los que eran demasiado
cariñosos, afectivos y que expresaban sus sentimientos con facilidad,
asociándolo a lo frágil, vehemente, impulsivo, y debilidad. Era visto de forma
perniciosa e infravalorado.
Sin embargo, las aportaciones de la psicología
científica, si han hallado en esas maneras de expresarse, aspectos beneficiosos
para el ser, y en concreto para la vida de pareja, ese hecho de poder expresar
y compartir cariño, afecto, y ternura...(SIGUE)...