Otro aspecto que es enfermizo en este tipo de relaciones es la necesidad constante de sentirse valorado y querido, dejando en muchas ocasiones de ser uno mismo, para adecuarse a las necesidades del otro.
Sacrificando su sí mismo y siempre fijándose en agradar a costa de lo que sea, y estando muy pendiente siempre de causar buena impresión.
Lo que pone de manifiesto una gran fragilidad personal, con falta de autoestima y confianza...(SIGUE)...