Acabar con las relaciones de pareja o amistades haciéndose uno el fantasma.
Literalmente desaparecer de la vida de otro, sin dar explicación alguna.
A veces esas personas que lo practican han sufrido el abandono de otros y sin haberlo superado, hacen lo mismo.
Con frecuencia la víctima sufre mucho por el terrible desenlace, el rechazo les duele mucho y sin explicaciones o algún tipo de comunicación, les cuesta más superar la pérdida, y el duelo acaba prolongándose.
Entre las razones que dan los que lo practican es que desean evitar la confrontación, odian los conflictos y piensan que así, el otro se supondrá la ruptura y punto.
Sin embargo es una actitud un tanto narcisista, excluyendo al otro de una comunicación madura y saludable, en la que si bien no se desea dar todo tipo de excusas, al menos alguna posible para que el otr@ escuche de los propios labios el deseo de fin.
Y otras razones pueden estar presentes.
En otros casos son personas muy sensibles y no desean ver llorar a la persona que fue su pareja durante un tiempo.
Y en otras situaciones se debe a un tipo de venganza y rabia. De esta forma se desahogan de sentimientos negativos hacia el otro, y finalmente, quien sabe, hasta es probable que luego puedan revertir en quien lo practica, en forma de culpas...