Quien paladea una bebida exquisita la siente, mientras está tomando la copa y observando el color, la acerca y percibe su aroma, transparencia, su densidad.
Cuando va bebiendo e introduciendo despacito la bebida en su boca, y sus labios se impregnan del líquido, su boca lo recibe, y su lengua saborea.
Suavidad, texturas, emociones sensoriales gustativas y olfativas se despliegan. Y todas las sensaciones unidas llevan a la mente de la persona y a su ser, la maravillosa sensación del placer de la bebida...(SIGUE)...