Desde hace muchos años, la ciencia de la psicología se venía ocupando de estudiar los trastornos mentales, las disfunciones y otras alteraciones que afectan a las personas, con el objetivo de paliar y aliviar esos sufrimientos.
Recientemente, los psicólogos Seligman y Peterson, de la rama de la Psicología Positiva decidieron investigar también en las fortalezas humanas, señalando que por supuesto las personas tienen un gran potencial y ese hay que conocerlo, desarrollarlo y cultivarlo.
Entre estas fortalezas, destaca la del CONOCIMIENTO Y LA SABIDURÍA, entendida como la necesidad que tienen las personas de explorar, descubrir, conocer el mundo y las gentes que les rodean. Satisfacer su fuerza y necesidad de aprendizaje para organizarse en el mundo y la sociedad.
Amor a la evolución, al crecimiento y al saber. Necesidad de cultivar una mentalidad abierta a tantos conocimientos de vanguardia como son los nuevos descubrimientos, la evolución del universo y de la sociedad, y con todo ello cultivar su propio pensamiento ajeno a esquemas del pasado que ya no sirven.
Esta fortaleza o potencial humano, como más guste, está en relación también con el desarrollo y cultivo de una perspectiva más amplia, originalidad, y creatividad y a su vez todo ello dirigido a generar una actitud de solución de problemas, consecución de metas y alcanzar una excelencia en lo que se refiere a una inteligencia práctica, para dominar el medio en el que se vive.
Y así mismo cultivar unas relaciones gratificantes y un entorno saludable.
El que decide cultivar y potenciar sus fortalezas, siempre avanza, y el conocimiento y la sabiduría es fundamental.
Recientemente, los psicólogos Seligman y Peterson, de la rama de la Psicología Positiva decidieron investigar también en las fortalezas humanas, señalando que por supuesto las personas tienen un gran potencial y ese hay que conocerlo, desarrollarlo y cultivarlo.
Entre estas fortalezas, destaca la del CONOCIMIENTO Y LA SABIDURÍA, entendida como la necesidad que tienen las personas de explorar, descubrir, conocer el mundo y las gentes que les rodean. Satisfacer su fuerza y necesidad de aprendizaje para organizarse en el mundo y la sociedad.
Amor a la evolución, al crecimiento y al saber. Necesidad de cultivar una mentalidad abierta a tantos conocimientos de vanguardia como son los nuevos descubrimientos, la evolución del universo y de la sociedad, y con todo ello cultivar su propio pensamiento ajeno a esquemas del pasado que ya no sirven.
Esta fortaleza o potencial humano, como más guste, está en relación también con el desarrollo y cultivo de una perspectiva más amplia, originalidad, y creatividad y a su vez todo ello dirigido a generar una actitud de solución de problemas, consecución de metas y alcanzar una excelencia en lo que se refiere a una inteligencia práctica, para dominar el medio en el que se vive.
Y así mismo cultivar unas relaciones gratificantes y un entorno saludable.
El que decide cultivar y potenciar sus fortalezas, siempre avanza, y el conocimiento y la sabiduría es fundamental.