Como sugerencia, en general cuando las personas se maquillan, puede convertirse en un tiempo precioso para transformar además de la parte corporal de la que se trate, sus aspectos interiores, su parte del alma.
Como ejemplo se puede pensar: cada día mis ojos mejoran en la visión del mundo y de las personas, aprendo a ver lo mejor de los demás; cada día mis ojos saben ver mejor las oportunidades que pasan por delante de mi.
Mis labios y mi boca, cada día pronuncian palabras más bellas y más sabias.
Mi piel absorbe las mejores vibraciones del entorno donde vivo. Mis manos y mis uñas cada día avanzan en comunicar y hacer mejores aspectos en todo lo que tocan.
Y así sucesivamente todo el cuerpo y mente de esa persona, reciben un tiempo de espiritualidad, nutritivo y transformador.