Es una realidad, que la
gente en general sufre las consecuencias de unas relaciones problemáticas,
tanto a nivel de pareja, de familia, de trabajo y relaciones laborales y
sociales. Y es probable que todo ello sea la consecuencia de un tipo de
comunicación con interferencias. Posiblemente todo ello, derivado de unas
carencias educativas acumuladas durante su evolución y por supuesto, sin mala
intención.
Y es que como ya se sabe
(al menos de forma inconsciente), las personas a veces sufren de los grandes
males de la sociedad actual, como es, entre otros aspectos, la falta de
conocimiento de dimensiones centrales del ser, tan esenciales como el “quién
soy”, “hacia dónde voy”, “qué es lo que deseo”, “qué puedo aportar”, y así,
otras claves interiores del sujeto.
Estas limitaciones del
desarrollo, acumuladas a lo largo de su vida, posicionan al sujeto en una
dinámica comunicacional generadora de conflicto.
Por ello, los objetivos prioritarios
de las personas serán, alcanzar “la identidad del yo”, para vivir desde la
perspectiva intrapersonal en sintonía, y así poder desplegar un tipo de
comunicación con empatía, de forma
efectiva y con las sinergias interpersonales óptimas resolviendo las
diferencias y posibles conflictos de forma constructiva, generadora de
bienestar y calidad de vida.