En muchos casos, no siempre, la actitud de culpar a otros, proviene de carencias personales muy lamentables.
En las parejas cuando tienen la necesidad de estimular las culpas de otros, suele ser por:
-Frustraciones,
-Desesperación,
-Rabia,
-Rencor,
-Envidias,
-Resentimiento,
-Necesidad de mentir,
-Por sentimientos de vergüenza,
-Exceso de miedo,
-Por sentirse culpables...
Y así un cúmulo de problemas personales que confluyen en esos conflictos...
Las personas que tienden a echar la culpa a los demás, no suelen estar en camino de crecer y evolucionar.
Para lograrlo, más bien les conviene pensar cómo han contribuido a esa discusión, a ese problema o a esa situación y poder así modificar su parte de intervención para que se produzcan nuevos cambios en la situación.
Incluso al explorar nuevas intervenciones, pueden surgir diferentes pensamientos e incluso, si el otro no desea cambiar, buscar otros horizontes...