Con mucha frecuencia, más de la que pensabas, ocurre que a veces en los encuentros íntimos, el hombre se lleva un gran susto, y es que o no tiene erección justo cuando lo necesitaba o pierde lo que había...
Y en estos casos, su memoria le jugará una mala pasada...
A partir de eso que sucedió, y en las sucesivas ocasiones, su mente va a generar una ansiedad anticipatoria recordándole que en cualquier momento se puede quedar sin erección...
Esta desafortunada evocación, de aquellos momentos de fracaso, según suelen pensar los hombres, les va a proporcionar mayores grados de angustia y ansiedad, y esto en sí mismo, es la garantía de nuevos "gatillazos".
Por ello, muchos hombres se deciden a solicitar terapia sexual y de pareja, para superarlo.
Y es durante el proceso de terapia, donde desarrollan confianza y elevan su seguridad para volver a tener relaciones íntimas sin miedo, con la certeza de que eso ya no volverá a pasar...
Al fin... después del tremendo susto, han aprendido a manejarse en esas condiciones íntimas...