AUTOIMAGEN
Y AUTOCONCEPTO. Tanto el
autoconcepto como la autoimagen hacen referencia al concepto que cada uno tiene
de sí mismo. La autoimagen se refiere al concepto que uno tiene de su imagen
corporal, de cómo es físicamente. El término autoconcepto engloba la concepción
física y mental que cada persona tiene de sí misma. La autoimagen por tanto, forma
parte del autoconcepto, ambos se forman y desarrollan en un proceso
interactuante.
La conciencia del cuerpo y de los rasgos
físicos y la conciencia de “uno” como ser individual, se van adquiriendo en un
proceso de desarrollo físico y psíquico
a lo largo de la vida. La autoimagen representa la parte más material y visible
del yo y en ella se reflejan las actitudes personales que cada uno adopta para
consigo mismo y para con los demás. A su vez, los sentimientos y las actitudes
de la persona en torno a su cuerpo revelan importantes datos acerca de su
autoconcepto.
Respetando todas las opciones y considerando
que cada persona tiene sus prioridades, es en esta parte más material y visible
del yo, la autoimagen donde se puede intervenir, modificarlo e incrementar la
autoestima, que puede haberse visto mermada por las intervenciones quirúrgicas.
La persona a veces tiene muchas oportunidades
si las quiere ver y puede aprovechar los recursos que la ciencia y en concreto
la medicina le ofrece en la era que le toca vivir. Si actualmente la cirugía
puede contribuir a mejorar las relaciones que tenemos con nosotros mismos, por
qué no aceptarlo ?
Como la psicología nos sugiere, nuestra
autoimagen y nuestro autoconcepto están interrelacionados y cuando estos son
óptimos mejoran nuestra autoestima. Esta incrementa la confianza, seguridad y
satisfacción en nosotros mismos y es desde esta relación con nosotros mismos de
mayor confianza, cuando más y mejor podemos aportar a los demás. ¿Quién puede
dar lo que no tiene?, ¿Qué calidad de amor puede ofrecerse a alguien si no sabe
uno amarse a sí mismo?