martes, 23 de abril de 2013

PLENITUD SEXUAL


LA VIDA SEXUAL PLENA  SE PUEDE MANTENER Y CONSEGUIR A CUALQUIER EDAD.
Mientras se esté vivo, el deseo no se interrumpe nunca, bien sea al manifestarse en busca de la descarga de tensión, en el placer de compartir con el otro, en una afirmación de sí mismo, o con todos estos fines juntos. Son más bien los bloqueos internos o sociales los que distorsionan ese deseo, ocasionando graves trastornos en los mayores, privados del deseo de desear y sometidos a las creencias prejuiciosas sobre ellos.

La sexualidad, es esencialmente una forma de vida, de comunicación, de intercambio afectivo, de expresión de ternura y de necesidad de otro. Una fuerza vital que esta presente en todo el proceso de la vida, desde el nacimiento hasta la muerte y que es expresada de diferentes maneras según la edad (atentas las personas que cuando se menciona la sexualidad creen que es sólo sexo, genitalidad. Que sí es también, pero no sólo eso).

La genitalidad es sólo una parte de la sexualidad. La sexualidad no tiene límites para su exteriorización y está con la persona hasta la muerte. Tendrá variaciones, podrá saciarse, aumentar, disminuir, desplazarse, pero seguirá siempre presente, dando lugar a conductas que pasarán desapercibidas para un observador no advertido.
Se puede desarrollar una forma de entender y sentir la sexualidad en la que el placer no esté supeditado exclusivamente al coito, sino que se encuentra en toda la relación: la intimidad compartida, en la comunicación, en descubrir y ser descubierto, en mimarse ambos los cuerpos.

Si bien hasta hace poco las relaciones entre mayores generaban múltiple rechazo, hoy la sexualidad de las personas mayores ha llegado a ser aceptada por la mayoría como un hecho normal. Aún así a veces los mayores tienen problemas con los hijos que un tanto egoístas no ven con buenos ojos que el abuelo se enamore, unos porque piensan que con ello atentan contra el otro miembro fallecido, en otros casos porque se ven desplazados en los afectos, y otras veces porque temen en asuntos relacionados con los bienes y el capital.

La comunicación es compartir: creencias, puntos de vista, deseos. Los psicólogos y terapeutas de pareja siempre han sabido lo importante que resulta hablar y comunicarse sobre sexo. Es necesario aprender a hacerlo en forma clara y positiva. En general lo sexual siempre ha sido un tabú, y los mayores llevan una importante carga de culpas en ello. Un número alto de parejas encuentran difícil identificar y entender sus sentimientos, por lo cual ya les es mucho más difícil expresarlos y en lo relativo a sus sentimientos sexuales, mucho más, transformándose en dificultades de comunicación y en consecuencia, en una de las causas primarias de las disfunciones sexuales. En lo referente a lo humano, el “no saber”, siempre creó mucha angustia. Es como si al no saber, la mente, o los procesadores centrales (como cada uno lo llame) se disparasen a pensar y pensar tratando de hallar respuestas, y derivaran en múltiples y posibles conclusiones. Por supuesto, no todas bonitas, muchas de ellas con gran alarma para la sensibilidad del sujeto que lo pensó.

En las relaciones cotidianas, una queja común en las mujeres es que los maridos no las escuchan y en los  hombres, que la pareja no los comprenden. La comunicación sobre la vida sexual es necesaria e importante para continuar disfrutando de la sexualidad, especialmente en las relaciones duraderas. Con las palabras se da significado a los hechos y se definen las vivencias y las experiencias. Con frecuencia ocurre que las parejas a veces desarrollan importantes bloqueos en la comunicación afectiva.
A veces, muchas mujeres y hombres, vivencian con dolor y resentimiento experiencias del pasado, en las que se vió implicada la sexualidad, intentaron hablar o llevar algo sexual a cabo y no tuvieron éxito y progresivamente les van causando un importante trauma.
Actualmente la mayoría de los problemas de las personas mayores que dificultan o sienten que interfieren con su sexualidad, son susceptibles de ser tratados en la consulta por los terapeutas sexuales, una vez descartados los problemas médicos.
Los especialistas también pueden contribuir a la salud sexual de las personas mayores, dedicando un tiempo para explicarles los cambios en el área de su sexualidad y posibles efectos de las cirugías y uso de medicamentos.(CONTINUARÁ)