Lo que sí puede dar resultado: Aprender a ser pareja
mayor – un tiempo para expresar afecto. Muchos
terapeutas sexuales coinciden, en que el hombre y la mujer quieren lo mismo en
su relación, calidad de vida, belleza, armonía.
O dicho de otro modo y en lo que afecta a la pareja: afecto, cariño y ternura con manifestaciones físicas y sexuales. En la medida en que los años van pasando, y teniendo en cuenta la sabiduría que da la experiencia, no importan tanto los cuerpos perfectos o los regalos caros; quieren grandes dosis de abrazos, besos y caricias.
Dadas las transformaciones de las prácticas sexuales en la actualidad, la frecuencia del coito ya no es una medida de la actividad sexual. Muchos hombres prefieren el sexo oral, y muchas mujeres disfrutan mucho más con el preludio amoroso.
Hay que entender que la erección, el coito y el orgasmo son hechos deseables pero no son los únicos necesarios para alcanzar placer. Durante años, en múltiples investigaciones realizadas sobre los beneficios de la sexualidad se han encontrado resultados muy favorables para la salud.
Por todo ello está ampliamente documentado que las variadas expresiones de afecto son importantes y necesarias para la salud y la felicidad de adultos y de niños, tocando físicamente, acariciando, abrazando. Para las relaciones amorosas es una forma directa de decir te quiero.
Y la ausencia del afecto, del tacto, caricias, predispone a la gente a la enfermedad. Esto se observa en los servicios de salud, tantas personas mayores que van para ser tocados por el doctor o la enfermera. O al menos escuchados.
Y con ello satisfacen algunas de las excitaciones enraizadas en la infancia como también pueden ser acariciar y ser acariciado, mirar y ser mirado, buscar y ser buscado, intimidad y comprensión que producen un placer que no se reduce a la satisfacción de una necesidad fisiológica primaria.
Este erotismo puede estar o no presente en la actividad genital. Con el transcurso del tiempo muchas parejas van restringiendo su repertorio sexual, y caen en el hábito de tocarse únicamente cuando van a tener relaciones sexuales y precisamente sólo en aquellas partes implicadas.
Entonces es lógico que sientan que no dan ni reciben suficientes abrazos y besos. El afecto es un potente sanador para el que lo da y para el que lo recibe. Siendo amorosos y dándole importancia, dedicando tiempo para acariciarse, se comparten sentimientos, romance, relax, pasión y se retoma la vida sexual con intensidad.
Es también una forma de disolver los viejos resentimientos.
O dicho de otro modo y en lo que afecta a la pareja: afecto, cariño y ternura con manifestaciones físicas y sexuales. En la medida en que los años van pasando, y teniendo en cuenta la sabiduría que da la experiencia, no importan tanto los cuerpos perfectos o los regalos caros; quieren grandes dosis de abrazos, besos y caricias.
Dadas las transformaciones de las prácticas sexuales en la actualidad, la frecuencia del coito ya no es una medida de la actividad sexual. Muchos hombres prefieren el sexo oral, y muchas mujeres disfrutan mucho más con el preludio amoroso.
Hay que entender que la erección, el coito y el orgasmo son hechos deseables pero no son los únicos necesarios para alcanzar placer. Durante años, en múltiples investigaciones realizadas sobre los beneficios de la sexualidad se han encontrado resultados muy favorables para la salud.
Por todo ello está ampliamente documentado que las variadas expresiones de afecto son importantes y necesarias para la salud y la felicidad de adultos y de niños, tocando físicamente, acariciando, abrazando. Para las relaciones amorosas es una forma directa de decir te quiero.
Y la ausencia del afecto, del tacto, caricias, predispone a la gente a la enfermedad. Esto se observa en los servicios de salud, tantas personas mayores que van para ser tocados por el doctor o la enfermera. O al menos escuchados.
Y con ello satisfacen algunas de las excitaciones enraizadas en la infancia como también pueden ser acariciar y ser acariciado, mirar y ser mirado, buscar y ser buscado, intimidad y comprensión que producen un placer que no se reduce a la satisfacción de una necesidad fisiológica primaria.
Este erotismo puede estar o no presente en la actividad genital. Con el transcurso del tiempo muchas parejas van restringiendo su repertorio sexual, y caen en el hábito de tocarse únicamente cuando van a tener relaciones sexuales y precisamente sólo en aquellas partes implicadas.
Entonces es lógico que sientan que no dan ni reciben suficientes abrazos y besos. El afecto es un potente sanador para el que lo da y para el que lo recibe. Siendo amorosos y dándole importancia, dedicando tiempo para acariciarse, se comparten sentimientos, romance, relax, pasión y se retoma la vida sexual con intensidad.
Es también una forma de disolver los viejos resentimientos.
FUNDAMENTAL EN LA PAREJA A
CUALQUIER EDAD ES ENTENDER LA CONEXIÓN (LA INTERACCIÓN ENTRE LOS ELEMENTOS DEL
PROPIO SISTEMA –EL YO-, Y ESTE CON LA PAREJA) Y LAS RELACIONES ENTRE:
-LOS SENTIMIENTOS,
-EL SEXO,
-EL EJERCICIO Y
-LA IMAGEN CORPORAL.
Los factores mencionados juegan
el papel fundamental de potenciar cada uno, a los otros elementos, y el
conjunto funcional contribuye a mejorar el resultado de la interacción. (CONTINUARÁ)