Se necesita organizar diariamente o con frecuencia unos tiempos para entrar en el interior de uno, en silencio, tomando nota e identificando las vivencias, pensamientos y hechos, para serenar la mente, ir a lo esencial dejando a un lado los aspectos menos importantes, aunque parezcan más llamativos.
El fin de todo ello es sentir la autonomía suficiente y la independencia para darle el significado propio, lo que el sí mismo está interpretando y viviendo, sin dejarse llevar por las creencias, pensamientos y vivencias o puntos de vista de otros.
Uno no puede estar supeditado con los prejuicios y estereotipos predeterminados por las vidas ajenas, del exterior. El ser es único, sin influencias ni interferencias de otros.
Es el sujeto, la persona en su conjunto quien tiene que definir sus prioridades según lo que ella sienta y ella crea a través de sus aprendizajes, vivencias y procesamiento mental, y en función de sus expectativas, metas y objetivos. Tiempos para decidir y elegir lo propio, lo central de cada uno.
El fin de todo ello es sentir la autonomía suficiente y la independencia para darle el significado propio, lo que el sí mismo está interpretando y viviendo, sin dejarse llevar por las creencias, pensamientos y vivencias o puntos de vista de otros.
Uno no puede estar supeditado con los prejuicios y estereotipos predeterminados por las vidas ajenas, del exterior. El ser es único, sin influencias ni interferencias de otros.
Es el sujeto, la persona en su conjunto quien tiene que definir sus prioridades según lo que ella sienta y ella crea a través de sus aprendizajes, vivencias y procesamiento mental, y en función de sus expectativas, metas y objetivos. Tiempos para decidir y elegir lo propio, lo central de cada uno.