Las actitudes de muchas mujeres en la cultura tradicional, era de ser sumisas, dedicarse al cuidado de otros, y no presentar demasiados intereses propios.
Una mujer así, era lo deseado por aquellas sociedades del pasado. Y en cuanto la mujer aparece con su fuerza, su protagonismo, sus propios deseos y su fuerza, emerge a la vida y contrasta muy especialmente con aquellos clichés.
Ese es el marco en el que están trastocados los valores humanos, y es que cualquier sujeto, hombre o mujer tienen la libertad de ser personas ante todo.
El género no les puede convertir en la obediencia y el sometimiento que les restrinja su autorrealización.
Y es la democracia la que promueve el amor entre iguales, la autonomía, la libertad.
Se parte de la base de que las chicas malas tienen más atractivo sexual, y como en todo, tendrán sus admiradores, y es que para otros hombres tal vez no estén preparados para asumir esas energías, esa fuerza vital.
La rebeldía y el potencial para oponerse a lo que estaba "bien visto", supone el ganar de la batalla de la obediencia.
Y ello en sí mismo se convierte en atractivo, representa la libertad, la fuerza del yo frente a la esclavitud de la "niña buena", cumpliendo los deseos de todos mientras abandonaba su vida...(SIGUE)...
Una mujer así, era lo deseado por aquellas sociedades del pasado. Y en cuanto la mujer aparece con su fuerza, su protagonismo, sus propios deseos y su fuerza, emerge a la vida y contrasta muy especialmente con aquellos clichés.
Ese es el marco en el que están trastocados los valores humanos, y es que cualquier sujeto, hombre o mujer tienen la libertad de ser personas ante todo.
El género no les puede convertir en la obediencia y el sometimiento que les restrinja su autorrealización.
Y es la democracia la que promueve el amor entre iguales, la autonomía, la libertad.
Se parte de la base de que las chicas malas tienen más atractivo sexual, y como en todo, tendrán sus admiradores, y es que para otros hombres tal vez no estén preparados para asumir esas energías, esa fuerza vital.
La rebeldía y el potencial para oponerse a lo que estaba "bien visto", supone el ganar de la batalla de la obediencia.
Y ello en sí mismo se convierte en atractivo, representa la libertad, la fuerza del yo frente a la esclavitud de la "niña buena", cumpliendo los deseos de todos mientras abandonaba su vida...(SIGUE)...