Es fácil que lo percibas aunque no sepas exactamente el por qué, sin embargo puedes estar observando si existen otros detalles:
-Suele mirarte con frecuencia...
-Intentará saber el máximo posible de ti...
-Cuando le gustas a un hombre, se estirará, como si se expandiese, aquí actúa de forma inconsciente. Y más alto y más fuerte como si ahuyentara a posibles contrincantes...
-Se tocará el bolsillo, el cinturón, la cadera...
-El pelo, la cabeza...
-Se inclinará hacia ti...
-Se pone nervioso, le cuesta parar quieto...
-Tal vez se ríe mucho, por todo...
-Intenta tocarte...
-Se te acerca más, más de lo que suele ser la distancia frecuente...
-Te mira a la boca cuando hablas, se queda como fijado...
-Tiene acciones para llamar tu atención, y así conseguir que te fijes...
-También te hablará mucho más de lo habitual en él, sin parar...
-Tendrá las pupilas más dilatada de lo habitual...
-Los pómulos como más altos...
-Los ojos más abiertos, literal...
Estas son las actitudes más frecuentes, sin embargo el poder del amor es tan fuerte que cada persona genera múltiples formas de conquista y es por ello que si estás atenta a las señales, tú puedes decidir, si prefieres seguir adelante... o quién sabe, tal vez no era ese hombre de tu interés...