Y son los procesos los que esencialmente más importan, porque ellos son la dinámica que genera las nuevas definiciones del estado presente de la situación.
Si las intervenciones que se van realizando, lo que ahora se aporta, es positivo e inteligente, servirá para potenciar esa parte del pasado feliz.
La gente también cuando va teniendo experiencia valora lo positivo de otros, cada vez se da más cuenta de que no existe nadie tan perfecto como se imaginaba en su mundo de adolescente.
Y creciendo en su realidad de adulto pueda que descubra la fuerza canalizadora de los procesos, donde se elijan los nuevos pasos de alegría para todos.
Y así es la fuerza de la vida, con energías positivas, marchando hacia escenarios felices para todos.