Si en la vida hay situaciones de problemas y sufrimientos, que los hay y nadie se libra, el vaginismo es uno de ellos, aunque afortunadamente es evidente que tiene solución.
Supone una fuente importante de problemas para la persona que lo sufre y genera múltiples conflictos en las relaciones de pareja.
La mujer aquejada de vaginismo tiene generalmente una anatomía normal, es cuando va a realizar el coito y llega el momento de la penetración cuando los músculos de la zona vaginal se contraen, se cierran completamente dificultando la penetración y con ello la realización del coito.
Sí pueden disfrutar de todos los otros tipos de caricias, juegos y posiciones pero en concreto la penetración es tabú, imposible.
En muchos casos es así durante años hasta que los problemas de pareja van en aumento y se proponen incluso la separación, aunque en otros casos deciden buscar soluciones y acuden al especialista en sexualidad; y otras veces la mujer desea ser madre y es entonces cuando busca el tratamiento.
Es cierto que en algunos casos es el hombre el que se empieza a acomplejar pensando que es él quien tiene problemas de no poderla llevar a un estado de más deseo y más relajación, o llegan a sentir que no se le quiere y que es una excusa, una manera de desprecio hacia él, llegando en múltiples casos a sentirse inferior.
A veces es tal el pavor y angustia que siente la mujer que cuando sale con algún chico, antes de que la relación vaya a más y llegue el momento de hacer el amor, se busca excusas y se deshace de la pareja, forma esta de evitar el posible daño que anticipa.
En general exceptuando problemas médicos como pueden ser entre otros la existencia de infecciones, tumores, cicatrices, alergias al caucho; los principales factores causales suelen ser psicológicos y entre las emociones más bloqueadoras está el miedo.
El miedo puede ser central, acompañado de otros componentes como pueden ser ciertos problemas del desarrollo psicosexual, experiencias precoces anómalas o imágenes, ideas, impresiones etc. que pueden significar para la mujer una asociación en relación a daño, violencia hacia su interior, invasión de su integridad, atropello de su persona, e incluso imágenes que anticipan mucho dolor y daño en sus genitales; otras veces se sienten culpables por tener placer, creencias sobre ciertos mitos como la virginidad, el himen, la sangre, otras veces una deficiencia en el manejo evolucionado de la agresividad, y agreden a la pareja impidiéndole el placer y suprimiéndoselo también a ellas mismas; y otras mujeres se crean un muro a su alrededor que impide cualquier penetración como consecuencia de esas vivencias y experiencias traumáticas. Suelen darse cuenta con los primeros amores cuando van a tener relaciones.
En otros casos ocurre en consulta ginecológica.
Las clasificaciones más frecuentes del vaginismo son la de primario, en el cual en toda la trayectoria de vida nunca consiguió tener una penetración, y vaginismo secundario, mujeres que sí habían logrado tener relaciones con penetración y el vaginismo puede producirse después de circunstancias traumáticas como algún aborto, abusos y violaciones, enfermedades y en algunos casos después de intervenciones quirúrgicas o el parto.
En conjunto las causas predominantes son psicológicas bien por emociones asociadas negativas, eventos dolorosos vividos, e ideas y creencias muy contrarias en relación al mundo de la sexualidad y de la pareja.
En cuanto al tratamiento, al ser las vidas de las personas tan específicas y existir tanta diversidad de mujeres, las soluciones tienen que ser generadas y creadas específicamente para cada caso para que tengan efectividad.
Actualmente en general las tasas de éxito son muy elevadas, se cura y existen tratamientos por parte de especialistas en terapia sexual.
Conviene previamente la consulta al ginecólogo para descartar cualquier problema médico.