Cuando un familiar muere, puede interpretarse como que ha desaparecido su cuerpo, pero en otro plano, su espíritu puede seguir acompañando a la persona que quedó aquí, si ella lo desea.
La persona fallecida puede seguir comunicándose con sus familiares mediante otras personas que aparecerán en su vida, enviando misivas o mensajes en los que siguen cultivando el amor por los que quedaron aquí.
A veces cuando se crea un espacio y una vía de comunicación en el silencio, cuando uno se permite interpretar los hechos desde un horizonte más amplio, puede reconocer que le han ocurrido coincidencias maravillosas o eventos no esperados.
Sería buen momento de agradecer a aquel que se fue de que el amor aún está vivo.
Las personas no mueren nunca, solo el cuerpo, el alguna dimensión permanecen.
Por ello es interesante para el familiar que quedó en la tierra que recuerde la grandeza, las cualidades, lo bello de la persona que en cuerpo murió. Es un homenaje al fallecido.
La vida continúa.
La persona fallecida puede seguir comunicándose con sus familiares mediante otras personas que aparecerán en su vida, enviando misivas o mensajes en los que siguen cultivando el amor por los que quedaron aquí.
A veces cuando se crea un espacio y una vía de comunicación en el silencio, cuando uno se permite interpretar los hechos desde un horizonte más amplio, puede reconocer que le han ocurrido coincidencias maravillosas o eventos no esperados.
Sería buen momento de agradecer a aquel que se fue de que el amor aún está vivo.
Las personas no mueren nunca, solo el cuerpo, el alguna dimensión permanecen.
Por ello es interesante para el familiar que quedó en la tierra que recuerde la grandeza, las cualidades, lo bello de la persona que en cuerpo murió. Es un homenaje al fallecido.
La vida continúa.