En realidad, actualmente hay muchos hijos que no pueden ver a alguno de sus padres. En algunos casos las discusiones existentes en la pareja antes y durante el proceso de separación, han sido tan dañinas que han abierto un abismo para que todo continuara de forma civilizada y pacífica, más bien, todo ha derivado en una guerra en la pareja.
Al fin lo que ha resultado una vía de salida para una pareja que fracasó, se ha convertido en un infierno para los hijos. La madre, en algunos casos, ha diseñado la situación de tal forma que los encuentros con el padre son casi imposibles, como los cambios de región o país.
Un padre con el dinero justo no dispone para pagar los viajes. O un padre que se enfadó y montó en cólera y no quiere saber nada ni de la madre ni de los hijos. También hay casos de madres que han desaparecido y ni llaman a los hijos y menos al padre de estos.
Sí, la situación se pone muy difícil para unos hijos que sabiendo que tienen padres, según los casos, constatan que pasan de ellos un mes tras otro y no se comunican con ellos. Se sienten no queridos, abandonados y casi odiados por sus padres.
Ante esta situación imposible de resolver sufren la herida del abandono desde pequeños del correspondiente progenitor. Mucho peor, por lo que se ve, que estar huérfanos.
Un niño huérfano sabe que su padre o madre murió y recuerda vivencias y hechos de cariño y amor por parte de ese padre. Y fantasea o se ilusiona con que sí fue querido, o al menos sus sueños le confortan en parte a veces pensando que si estuviera vivo si le querría.
En el caso de hijos de padres divorciados que no los ven, ni les llaman, el problema es grave. Hijos sabiendo que su padre o madre está vivo y pasa de ellos semanas, meses y años, es un gran dolor para estos niños. Crecen con problemas de personalidad, con depresiones, con baja autoestima............. podemos denominarlo como un martirio que la vida les ha impuesto.
Para los padres: enhorabuena porque Uds. puedan arreglar y componer sus vidas, en la mayoría de los casos después de importante sufrimiento. Pero como sugerencia, en lo posible, diseñen la separación de tal forma que esos, sus hijos, puedan continuar compartiendo con sus padres.
Todo ello les beneficiará también a Uds. ya que verán a esos hijos más felices.
Al fin lo que ha resultado una vía de salida para una pareja que fracasó, se ha convertido en un infierno para los hijos. La madre, en algunos casos, ha diseñado la situación de tal forma que los encuentros con el padre son casi imposibles, como los cambios de región o país.
Un padre con el dinero justo no dispone para pagar los viajes. O un padre que se enfadó y montó en cólera y no quiere saber nada ni de la madre ni de los hijos. También hay casos de madres que han desaparecido y ni llaman a los hijos y menos al padre de estos.
Sí, la situación se pone muy difícil para unos hijos que sabiendo que tienen padres, según los casos, constatan que pasan de ellos un mes tras otro y no se comunican con ellos. Se sienten no queridos, abandonados y casi odiados por sus padres.
Ante esta situación imposible de resolver sufren la herida del abandono desde pequeños del correspondiente progenitor. Mucho peor, por lo que se ve, que estar huérfanos.
Un niño huérfano sabe que su padre o madre murió y recuerda vivencias y hechos de cariño y amor por parte de ese padre. Y fantasea o se ilusiona con que sí fue querido, o al menos sus sueños le confortan en parte a veces pensando que si estuviera vivo si le querría.
En el caso de hijos de padres divorciados que no los ven, ni les llaman, el problema es grave. Hijos sabiendo que su padre o madre está vivo y pasa de ellos semanas, meses y años, es un gran dolor para estos niños. Crecen con problemas de personalidad, con depresiones, con baja autoestima............. podemos denominarlo como un martirio que la vida les ha impuesto.
Para los padres: enhorabuena porque Uds. puedan arreglar y componer sus vidas, en la mayoría de los casos después de importante sufrimiento. Pero como sugerencia, en lo posible, diseñen la separación de tal forma que esos, sus hijos, puedan continuar compartiendo con sus padres.
Todo ello les beneficiará también a Uds. ya que verán a esos hijos más felices.