miércoles, 29 de mayo de 2013

GAYS Y LESBIANAS.


Desde hace años, la American Psychological Association (APA), con hallazgos de cientos de trabajos científicos sobre las personas homosexuales, concluyen que la homosexualidad humana es una variante más de la sexualidad humana, no es ningún trastorno ni enfermedad, tanto para personas lesbianas, gais o bisexuales. 

Esta asociación, APA, la más prestigiosa de la Psicología Científica mundial, ya elaboró unas directrices el 26 de febrero del 2000,  para la práctica de la psicología con este grupo de personas. Posteriormente en febrero del 2011, se crearon las últimas. Se trata de ayudarlos a que superar el estigma social, discriminación, prejuicios y violencia que puedan sufrir. 

La psicología pues, ha demostrado que las orientaciones sexuales de gais, lesbianas y bisexuales no son enfermedades mentales. Otra cuestión es que estas personas, como el resto de la población, puedan sufrir de otras patologías mentales, estrés, depresión, ansiedad, obsesiones etc… En múltiples ocasiones el drama más fuerte lo viven los padres y  suele venir de la presión social, ya que estos a lo largo de su vida, sobre todo por anteriores generaciones, han vivido en una sociedad donde estaba muy penalizado y estigmatizado.  En este contexto es frecuente que los padres y familiares suelan sufrir un shock que conlleva perplejidad, angustia, depresión, ansiedad, estrés y sí puede complicar las relaciones con los hijos. 

En las nuevas generaciones la concepción ha variado, ya que en todos los grupos escolares de edades donde afloran estas diferencias suelen existir compañeros con estas tendencias y los demás los perciben como una opción más. Las creencias de los adolescentes sobre estos grupos humanos han evolucionado considerablemente, percibiéndolo como otras opciones, no como alguien a quien hay que marginar y menos que sean enfermos. De ahí que los padres con el impacto que sufren al descubrirlo, sí suelen necesitar terapia psicológica y especialmente para conectar de nuevo en una vía de relaciones más saludables con los hijos. 
En general las personas bisexuales, gais y lesbianas, como todos los demás, tienen sus potenciales, capacidades, aptitudes, actitudes, emociones, sentimientos, sus valores, creencias, expectativas en la vida, metas y objetivos, capacidad de trabajo, de estudios, de relaciones humanas y sus defectos. Son como todas las demás personas, seres neuro-bio-psico-sociales-espirituales. 
Y su sexualidad, es considerada desde hace años por la Psicología Científica como una variante más de la sexualidad humana. 

Existen grupos de población que continuando con el estigma lo consideran enfermedad. Es evidente que actualmente en la población también hay personas que sufren de un “yo” alienado que perpetúa antiguas corrientes de pensamiento y tienen dificultades para vivir en el “aquí y en el ahora” de sus vidas y sus creencias y valores más que reales puede que sean teóricos. Su tipo predominante de pensamiento suele ser dogmático, rígido e inflexible, con importantes grados de intolerancia ante la diversidad. Se consideran el centro de referencia y lo que no coincida con sus estereotipos es susceptible de ser rechazado. Para una evolución humana conjunta se precisan crear sociedades donde haya espacio para la diversidad con el respeto a las diferencias y la integración de todos los ciudadanos.