Las personas que tienen el don de la fluidez verbal, disfrutan de la capacidad de pensar y crear ideas, junto con el potencial para identificar los significados de las palabras tanto las que perciben como las que emiten.
Además tienen las aptitudes para generar, producir y expresar las palabras de una determinada lengua, con agilidad y rapidez.
Como una cualidad más de la persona, se puede trabajar para multiplicarlo, leyendo, practicando, escuchando. Formándose intelectualmente.
Y también se potencia exponencialmente cuando la persona va creciendo en flexibilidad mental, autoestima y seguridad en sí misma.
Normalmente personas tímidas cuando están en relaciones familiares y de confianza, no se bloquean tanto, pero cuando están ante situaciones nuevas y con personas extrañas, es cierto que se pueden sentir muy inhibidas.
También influye el trabajo al que uno se dedique, si generalmente es profesor, locutor, hablante por otra profesión, están más entrenado por la propia ejecución del habla, y van desarrollando cada vez más la fluidez. Mientras que otras personas en situaciones o profesiones que tengan que permanecer más en silencio, la propia falta de entrenamiento les puede limitar.
A tener fluidez verbal también se aprende, y si una persona necesita crecer en ello la parte práctica y experiencial será determinante. Conviene por ello además de la formación y la lectura, forzarse a interactuar participando con sus opiniones, ideas, puntos de vista.
Y si siente bloqueos, le conviene terapia psicológica ya que en muchas ocasiones la lentitud está asociada sobre todo a otras importantes interferencias, disfunciones e inhibiciones psíquicas.