En muchas ocasiones a los padres les gustaría que todo saliera perfecto, pero las cosas no son así. Ya que perfecto para quién...?, cómo...?, cuando...?, dónde...?, existe...?
Sí, es así, para que los hijos crezcan con confianza, hay que permitirles los intentos, y sucesivamente que vayan identificando lo que no salió como pretendian. Desde ahí, al seguir intentando y haciendo, lo irán consiguiendo suficientemente bien, y eso sí les gratificará y dará confianza.
Estar todo el día sobrevolando al hijo del tipo padre-madre helicóptero, no produce los mejores resultados, la sobreprotección suele tener un efecto en los hijos negativo al convertirlos en más temerosos e inhibidos y lo que sí se suele conseguir con la sobreprotección es que sean inseguros y con falta de confianza.
La mejor opción, y con la que se llegará a desarrollar valores humanos de más resiliencia, confianza, tenacidad, es premiando y reconociendo los esfuerzos, no los resultados.
Quien premia por los esfuerzos, tiene garantizado que el hijo tratará en lo posible de esforzarse más y continuará desarrollando su capacidad de lucha, siempre hacia adelante. Y en realidad esa es la manera.
Los objetivos y las metas siempre se encuentran al siguiente paso del máximo esfuerzo, y quien se retira antes, tenga por seguro que no consigue, no llega.
Educar para el coraje y la fuerza ya tiene garantías aseguradas, porque convierte al hijo en un luchador capaz de permanecer ahí en la trayectoria... al fin es la vida...
Sí, es así, para que los hijos crezcan con confianza, hay que permitirles los intentos, y sucesivamente que vayan identificando lo que no salió como pretendian. Desde ahí, al seguir intentando y haciendo, lo irán consiguiendo suficientemente bien, y eso sí les gratificará y dará confianza.
Estar todo el día sobrevolando al hijo del tipo padre-madre helicóptero, no produce los mejores resultados, la sobreprotección suele tener un efecto en los hijos negativo al convertirlos en más temerosos e inhibidos y lo que sí se suele conseguir con la sobreprotección es que sean inseguros y con falta de confianza.
La mejor opción, y con la que se llegará a desarrollar valores humanos de más resiliencia, confianza, tenacidad, es premiando y reconociendo los esfuerzos, no los resultados.
Quien premia por los esfuerzos, tiene garantizado que el hijo tratará en lo posible de esforzarse más y continuará desarrollando su capacidad de lucha, siempre hacia adelante. Y en realidad esa es la manera.
Los objetivos y las metas siempre se encuentran al siguiente paso del máximo esfuerzo, y quien se retira antes, tenga por seguro que no consigue, no llega.
Educar para el coraje y la fuerza ya tiene garantías aseguradas, porque convierte al hijo en un luchador capaz de permanecer ahí en la trayectoria... al fin es la vida...