En muchos casos la gente se va obsesionando por tener lo último y así les va llevando a una necesidad de comprar aunque no lo necesiten. Incluso se ha convertido en un gesto para la sociedad de "prestigio social".
El tener lo último en tecnología, les aporta una falsa seguridad, sintiéndose con más atractivo hacia los demás, mostrando los últimos modelos de móvil, tablet, ordenadores...
Afecta principalmente a personas adictas a las compras, incluso adquieren los últimos gadget para presumir ante los conocidos de su poder adquisitivo.
Este perfil de comprador, el sujeto con neofilia, a veces tiene la cuenta corriente en extremos negativos. Van comprando a plazos y todo resta.
La situación económica difícil en la que viven les lleva a muchos al deterioro de las relaciones, pareja, familia, incluso a pedir adelantos en su trabajo.
Su pareja llega a solicitar terapia psicológica para poner fin a los desvaríos psicológicos que arrasan con la economía familiar.
Incluso aunque les funcionen los modelos tecnológicos anteriores, los van relegando y se mueven en función de la última publicidad, estando sometidos al marketing y siguiendo el ritmo de aparición en el mercado de los nuevos modelos, teniendo en perfecto estado los anteriores.
En estas condiciones a veces, intentan paliar los problemas que sufren en otras áreas de su vida, y viven en la falsa ilusión de llenar los vacíos a base de deslumbrar con lo último.
Cada persona tiene la libertad de utilizar su dinero en sus prioridades, y hay personas también que aprovechas las novedades al decidir las compras.
Sin embargo la característica del sujeto que sufre de neofilia, es tomar la decisión de compra basándose en poseer lo último y no por que lo necesite, llegando a veces a tener varios modelos de lo que se pone a la venta, sin usar, o que solamente estrenó, con el fin de sentirse admirado y valorado...