Con frecuencia los padres se vuelven muy preocupados por evitar a los hijos el malestar. Se anticipan a todo lo que necesitan y hacen lo mejor que pueden y saben.
Sin embargo educarles en el mundo de las emociones puede ser más difícil para ellos, siendo probable que ni ellos mismos sepan como manejarse en ese, su mundo emocional.
Desde pequeños sería interesante que se les explique lo cambiante que es la vida, la necesidad de construir el futuro disfrutando del presente y contando siempre con que la realidad de hoy, mañana puede cambiar.
Y sobre todo compartir con los hijos la idea de que las personas pueden ir creando a continuación nuevos escenarios y otras realidades, apreciando que con todos los cambios, al fin la gente se va readaptando y apreciando que incluso existen muchas situaciones mejores a las anteriores.
Compartir con ellos las emociones de dolor, sabiendo que al irlo aceptando y sintiéndolo, la persona va gradualmente recuperando su energía y experimentando de nuevo la vida.
Con el divorcio, ayudar a los hijos a entender que no ha sido culpa de ellos, explicarles que la situación aunque compleja, puede ser diseñada para que todos tengan su afecto y su mejor posición en la misma.
Evitando promover los rencores y los malos sentimientos.
Facilitando la configuración en los hijos de un duelo saludable y compartiendo todo con ellos para que no se sientan desprotegidos.