Después de este periodo de pandemia las esperas se han multiplicado, con listas de hasta cinco meses, y además, muchas patologías se complican con el tiempo.
Con esos espacios tan largos entre consulta y consulta, la terapia no es efectiva.
Los pacientes soportan esa angustia diariamente, su mente continúa sin parar y afrontarlo les puede hundir bastante.
Si su pensamiento enfermo discurre fluyendo tantos meses, y afrontando simultáneamente la vida, el potencial terapeútico se diluye...(SIGUE)...