En países europeos, las terapias psicológicas, pagadas por el gobierno, suelen tener una frecuencia de una vez por semana.
Y según los casos, pueden concertarse dos sesiones en la fase inicial, si surge alguna crisis o por eventos imprevistos que interfieran en la normal recuperación. Posteriormente con la mejora del paciente, las citas suelen distanciarse a dos, tres o cuatro semanas.
Solo las personas que hacen esfuerzos económicos para estar mejor atendidos y acuden a consultas privadas, o los que se lo pueden permitir, consiguen los tratamientos que necesitan.
Según Berdullas, J. del Movemento Galego da Saúde Mental, afirma que es una barbaridad atender cada tres meses a una persona con sufrimiento grave...(SIGUE)...