La inteligencia emocional es un potencial que permite a la gente establecer relaciones más gratificantes.
Permite entender mejor a los demás y especialmente a su pareja y comprenderse mejor a uno mismo, facilitándole las mejores interacciones, que llevan a las personas a una vida más evolucionada y sobre todo, más feliz.
En las parejas uno de los dos, o ambos, sufren carencias en este factor, "ceguera emocional", puede incrementarse el nivel de conflicto en esa pareja.
Y entonces, lo mejor que se puede hacer en estos casos, antes de que se deteriore más, es acudir a terapia psicológica para identificar si se está sufriendo algún bloqueo, o cuales son los orígenes de esas limitaciones. Y así solucionar.
Estas habilidades en la personalidad permiten a la persona que las posee, identificar las emociones y los sentimientos y coordinar y gestionar las situaciones con más claridad, llevando a soluciones importantes.
Facilita la comunicación e incrementa la conexión de ambos.
Por ello en la pareja es transcendental el desarrollo y crecimiento en este tipo de fortaleza y competencia humana, para así poder aplicar esa inteligencia emocional a la relación amorosa.
Es fácil que a veces surjan momentos de gran felicidad y entendimiento y otras que no lo sean tanto.
Se trata de beneficiarse de las funciones que cumplen las emociones, como el anticiparse a los hechos para poder dirigir mejor las vidas, proteger a las personas de sufrimientos y modificar a tiempo la dinámica de la relación para conseguir más armonía y felicidad.
Si crees que a veces te ha faltado empatía para ponerte en el lugar del otro, si te cuesta comprender otros puntos de vista, si entiendes que a veces pierdes el control, si notas que la relación no avanza de forma satisfactoria, ha llegado el momento del autoanálisis de ambos.
Reflexionar en pareja, siendo sinceros y comprometidos tendrá como resultado sentimientos satisfactorios para ambos, y la consciencia de que la relación de pareja se está fortaleciendo, creciendo y avanzando.