Para algunas parejas, la boda, suele ser una ocasión para las alegrías, las satisfacciones, y también el estrés y los nervios. A priori, algo positivo que les emociona.
Otra cuestión es la necesidad de casarse en segundas nupcias, después de la ruptura, y quien sabe, tal vez sin haberlo asimilado.
Cuando finaliza una relación sería conveniente, como sugerencia, haber superado esa etapa anterior, el duelo necesita su tiempo. Es cierto que algunas personas ya habían elaborado el duelo (por la muerte de su amor), mucho antes de separarse, y estas en menos tiempo desde la separación, puede que ya lo hayan superado.
Las etapas estándar para la superación del duelo por el fin de la pareja, serían:
-Negación. No quererlo aceptar. O más bien "no poderlo aceptar".
-Enfado, rabia, ira. Descontento con la vida.
-Etapa de Negociación con "uno mismo", argumentando y razonando los pros y los contras.
-Dolor emocional. Sentimiento de tristeza, pena, depresión. Ser consciente realmente de lo ocurrido.
-Aceptación. En esta fase se asume, se va comprendiendo la situación con más amplitud, y se aprende de ello. Llega la transformación de la persona.
Así, cuando la persona está en mejores niveles de aprendizaje y experiencia, es más fácil que no contamine la relación presente, con la pasada. Sería un momento más apropiado para dar el paso de las segundas nupcias.
Aunque hay una fuerte realidad que se impone: en las vidas humanas nada está escrito como una garantía total. Los recorridos los van marcando las personas y cada pareja es un conjunto. Puede que lo que le va bien a otros, no sea lo mejor para uno...!
Solo existe algo totalmente cierto en la vida:
Hay que arriesgarse...!