Continuando con el post de ayer, los niños rebeldes a veces son muy inteligentes y conocen las reacciones de sus adultos, deseando establecer ellos mismos el poder y no quieren someterse.
Están jugando a desafiar y a retar a sus adultos a ver quien puede más, incluso llegando a límites extremos. Se trata de ensayarse en la implantación del poder, quién de ellos ganará...?
A veces entienden que algunas normas son demasiado arbitrarias y aunque son pequeños han comprendido que unas veces se aplican con exigencia y en otras ocasiones, con tanta flexibilidad que pierden valor ante ellos. Acaban saltándoselas.
Y es cierto que en ocasiones los niños necesitan afirmarse, ser reconocidos y que les den su espacio, y si no lo obtienen de una manera más civilizada, montan pataletas, enfados y berrinches, se vuelven muy rebeldes.
Utilizar su rebeldía para ser "alguien"...esa es la cuestión...
En conjunto la tendencia a la rebeldía, necesita soluciones, y conviene que sus adultos se pongan cuanto antes a resolverlo, analizando las causas y estableciendo soluciones.
Un niño rebelde puede ser un adulto con mil problemas, marginado social, o una persona con trastornos importantes. Y la realidad es que en el mundo hay normas, cierto que muchas arbitrarias, pero otras facilitan la convivencia y ayudan a mantener el orden social.
Cuando la persona ha crecido en una dinámica de conflicto, puede continuar ya de más adulto, agravando, dilatando y ampliando el conflicto en el tiempo...
Y sí, están los casos de niños más inteligentes, unos aprenderán cómo solucionar sus discrepancias con la ley, y otros puede que acaben pagándolo muy caro, incluso en la cárcel...
Están jugando a desafiar y a retar a sus adultos a ver quien puede más, incluso llegando a límites extremos. Se trata de ensayarse en la implantación del poder, quién de ellos ganará...?
A veces entienden que algunas normas son demasiado arbitrarias y aunque son pequeños han comprendido que unas veces se aplican con exigencia y en otras ocasiones, con tanta flexibilidad que pierden valor ante ellos. Acaban saltándoselas.
Y es cierto que en ocasiones los niños necesitan afirmarse, ser reconocidos y que les den su espacio, y si no lo obtienen de una manera más civilizada, montan pataletas, enfados y berrinches, se vuelven muy rebeldes.
Utilizar su rebeldía para ser "alguien"...esa es la cuestión...
En conjunto la tendencia a la rebeldía, necesita soluciones, y conviene que sus adultos se pongan cuanto antes a resolverlo, analizando las causas y estableciendo soluciones.
Un niño rebelde puede ser un adulto con mil problemas, marginado social, o una persona con trastornos importantes. Y la realidad es que en el mundo hay normas, cierto que muchas arbitrarias, pero otras facilitan la convivencia y ayudan a mantener el orden social.
Cuando la persona ha crecido en una dinámica de conflicto, puede continuar ya de más adulto, agravando, dilatando y ampliando el conflicto en el tiempo...
Y sí, están los casos de niños más inteligentes, unos aprenderán cómo solucionar sus discrepancias con la ley, y otros puede que acaben pagándolo muy caro, incluso en la cárcel...