Una dificultad importante para poderse manejar en sociedad y especialmente, para poder tener unas relaciones satisfactorias con los demás.
Lo primero para las personas que quieren superarlo es decidir con fuerza y compromiso sin obsesionarse por conseguirlo de un día para otro.
La perseverancia al ir intentándolo marcará la fuerza para llegar a conseguirlo. Ayudarse de la confianza y certeza de que sí, quien se lo propone lo consigue.
Pensar y reflexionar en las ocasiones en las que su impulsividad le ha causado problemas, y lo fácil que hubiera sido todo si se hubiese aguantado un "cuarto de hora más", antes de lanzarse y explotar.
Permitirse imaginar cómo habrían sido las otras opciones, generar varios resultados posibles.
Momentos de ofuscación siempre pueden surgir, darse un tiempo para solicitar aclaraciones, preguntar más, y esforzarse por escuchar.
Si fuera necesario contratar una terapia psicológica para tratar algunos bloqueos de personalidad, como frustración, rabia, estrés, ansiedad...
En todo momento conviene, sin sentirse culpable, saber pedir perdón, disculparse y en lo posible con un "sentido arrepentimiento". Nadie es perfecto y el mundo tampoco lo es.
Todas las personas que saben pedir perdón, consiguen el respeto de sus parejas, amigos y conocidos.