viernes, 10 de mayo de 2013

COMUNICACION Y RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS


Algunas propuestas:
- Para mantener una comunicación efectiva se necesita cierta dosis de humildad: admite tus errores cuando los cometas, pide perdón cuando sea necesario, ten en cuenta la posibilidad de que te puedes estar equivocando, admítelo cuando tu pareja tiene razón, etc. Si tu punto de vista es valioso para ti, eso mismo puede estar sintiendo la otra persona. No somos perfectos y nuestra falta de habilidades nos lleva a cometer errores, a veces el otro cree que fue intencionado, en lugar de pensar que probablemente no se dio cuenta.

- Cuando algún comportamiento de tu pareja te ha molestado párate un momento a pensar qué es exactamente lo que te ha molestado antes de descomponerte y caer en un enfado de varios días que al final deriva en un problema mayor. Cuando tengas las ideas claras explícaselo a tu pareja y proponle lo que desearías para la próxima ocasión No te lo guardes para ti o acabarás con una larga lista de rencores acumulados. Y el resentimiento acumulado genera odio y venganza, que puede ser lo más devastador en una relación.

- Ten en cuenta que cada persona entiende las cosas a su manera, por su personalidad, sus experiencias y vivencias y por sus expectativas de la vida y motivaciones es diferente, aunque ahora esté contigo y te quiera y que no hay ningún motivo por el que tu pareja tenga que entender las cosas a tu manera, que a la vez eres una persona por iguales motivos antes propuestos, muy diferente.

- Las diferencias se pueden abordar haciendo propuestas o creando unas condiciones. En vez de centrarte en lo equivocada que está tu pareja, en lo injusta que es o en lo mucho que te fastidia su postura, céntrate en el hecho de que lo que sucede es que existe una diferencia entre vosotros y que tendréis que trabajar para resolverla. Quién te había dicho que tener una pareja implica sentir los hechos “igual”, o tener perspectivas de las vivencias “exactas”. Mejor partir de la base de que las diferencias son humanas y existen y a partir de ahí se establece el funcionamiento.

- Pon en marcha tu empatía, escucha a tu pareja, ponte en su lugar, trata de entender su punto de vista (aunque no lo compartas). Hay unas condiciones personales que forman parte de la inteligencia emocional de cada uno y el otro no tiene porqué tener el mismo grado de esa inteligencia, ni en los mismos factores que la componen. Si te empeñas en contradecirle o exigir que adopte tu posición, sólo conseguiréis alejaros, mientras que si muestras un interés sincero y respeto por su punto de vista, tendrás más posibilidades de que te escuche a ti y de que vuestras posturas se acerquen en vez de alejarse ("De acuerdo, primero yo escucho tu punto de vista hasta entenderlo y luego tú el mío").

- A veces levantar la voz sólo sirve para irritar más al otro. Es mejor practicar el autocontrol, respirar profundo unas cuantas veces seguidas y tener paciencia. A continuación puedes hacer todas las pregunta necesarias hasta entender bien su postura, trata de ponerte en su lugar, averigua lo que siente y asegúrate de que le has entendido exponiendo lo que crees que quiere decir ("si no te he entendido mal, lo que estás diciendo es...").

- Una vez que os hayáis entendido tratad de buscar tierra común. Llegando a acuerdos y tratando de mantenerlos.  Ten en cuenta que a veces tu pareja puede no tener claro lo que le pasa. Así como tú  a veces sientes una obcecación, el otro también puede estar pasando por ello. Ayúdale a descubrirlo.

- En muchas ocasiones la pareja necesita ser escuchado para compartir sus ansiedades o preocupaciones del día, o para conocer tus puntos de vista sobre algo, o necesita que tú escuches en algo que ocurrió. No trates de intentar resolver los problemas de tu pareja antes de haber escuchado y entendido lo que le pasa y lo que siente. Después, ofrécele tu ayuda o consejo si lo quiere. Ten en cuenta que es posible que sólo quiera tu apoyo y comprensión y no que le resuelvas el problema.