jueves, 22 de diciembre de 2011

LOS AVANCES DE INTERNET: SEXTING


El movimiento o fenómeno del sexting, (sex= sexo y texting= mensajes de texto), que ya lleva varios años en la red, alude a un modo de relacionarse, mediante envíos de mensajes con contenidos sexuales, vídeos, web cam, fotografías. 

Esta modalidad de comunicación, como otras, requiere del emisor, el medio y el receptor. El emisor puede ser cualquier persona o grupo, tecnología en mano: móvil, ordenador u otros, que decide hacer fotos o vídeos con contenido erótico sexual, bien propias, mostrando su propio cuerpo, de su pareja, o de otras personas y las cuelga en la red. Una vez en internet (páginas web, foros, chats, facebook, messenger, blogs, web cam, entre otras), vídeos y fotos, se han convertido en mundiales. Cualquier persona del planeta en cualquier lugar y momento puede llegar a verlas. Esto es precisamente el “fenómeno sexting”, el flujo de los materiales mencionados por la red. El receptor puede ser cualquier persona interesada en ello, desde el ligue, pareja o amigo/a al que iba destinado originalmente, hasta cualquier página web de sexo, o redes de pederastas u otros consumidores. Mientras sea uno el propio autor de las fotos o vídeos, y no le importe su difusión, está en su libertad y derecho a elegir y decidir en su vida. La complicación viene cuando lo que fue en principio un envío privado de las propias fotos o video, dirigidas a alguien en particular, se convierte en un elemento que circula, ya que el destinatario lo puede colgar en la red y así sucesivamente el siguiente y el siguiente y con ello, la privacidad se vulneró. 

Por otro lado también aparecen los chantajes a adolescentes para que cuelguen más fotos con la amenaza de informar a sus padres, o bien acoso psicológico. A su vez, también son abundantísimos los vídeos que graban las propias parejas o un número mayor de participantes, realizando el acto sexual y otras intimidades y lo cuelgan, sin avisar a la pareja, o a los otros componentes del conjunto. O personas masturbándose. En realidad en la web el número de páginas con contenido erótico es el que predomina. A muchas personas todo esto les sirve para entretenerse, para ligar, para masturbarse, para conocer gente, o para hacer negocio. 

Es preciso dialogar con los hijos sobre todo este contexto para evitar que caigan en situaciones de maltrato psicológico, u otras complicaciones.El cibersexo ya está muy extendido, y el sexting es un componente con muchos consumidores. La gente puede tener relaciones virtuales (un modo de masturbación), mostrando su cuerpo y/o viendo el de otros y manteniendo su anonimato o no. Si bien la relación cuerpo a cuerpo y el disfrute de caricias está ausente, el conocimiento del otro y la profundización emocional no existen, también es cierto que la gente no siempre lo desea. A veces algunas personas no quieren implicarse con nadie, quieren disfrutar un rato a solas y en ello tienen otra modalidad. Estas son realidades y como siempre cada persona tiene derecho a su propio punto de vista, tan diverso como lo son los millones de personas, todas ellas diferentes, que pueblan el planeta. La urgencia la tienen los padres, para ser proactivos y ocuparse de informar a sus hijos a tiempo. No se trata de enfadarse, criticar o irritarse contra lo nuevo, sino descubrirlo, conocerlo y cada uno allá con su vida, eso sí, procurando respetar la totalidad de opciones.

miércoles, 14 de diciembre de 2011

VOYEURISMO



Dentro de la clasificación de “Trastornos sexuales y de la identidad sexual” (según el manual de diagnóstico de los trastornos mentales, DSM-IV) y en la categoría de parafílias, se encuentra, entre otras el voyeurismo. Esencialmente las conductas parafílicas se caracterizan por su insistencia y su resistencia, implicando la presencia de repetidas e intensas fantasías sexuales de tipo excitatorio, y/o de impulsos o comportamientos sexuales, y que generalmente engloban: objetos (fetichismo), sufrimiento/ humillación de uno mismo o de la pareja (masoquismo y sadismo), niños u otras personas que no consienten (pedofilia). 

Las fantasías de la persona con parafília está cargada de contenidos sexuales atípicos, y se excitará procesando mentalmente esas fantasías, extrañas e inusuales, que se convertirán en el eje principal de su conducta erótica. Solamente se realizará el diagnóstico, si el individuo ha actuado de acuerdo con estas necesidades o si le causan molestias marcadas. 

En algunas personas, los estímulos parafílicos son imprescindibles para obtener la excitación sexual; en otras, sólo se presentan de forma episódica, siendo el individuo capaz de funcionar sexualmente sin este tipo de estímulos. La presencia de impulsos sexuales, comportamientos o fantasías de tipo parafílico provocan un malestar significativo o deterioro socio-laboral. Estas personas pueden intentar la representación de sus fantasías sexuales con el desacuerdo de la pareja, e incluso con resultados perjudiciales. No conviene confundir algunas actividades sexuales poco comunes que se realizan para evitar la monotonía en las relaciones sexuales, con consentimiento de la pareja y que se encuadran dentro de una sexualidad normal, ya que entre adultos si ambos están de acuerdo, son libres de elegir y decidir sus preferencias, a diferencia de las casi impuestas con bloqueos o sufrimiento en la actividad sexual. 

Se considera conducta parafílica cuando dichas actividades son obligatorias (es el único método con el que se consigue la excitación), producen disfunciones sexuales, requieren de participación de personas en contra de su voluntad, interfieren en las relaciones sociales y/o conducen a problemas legales, como en el caso de la pedofilia. Los puntos esenciales en un caso de parafilia son: la persona no ha elegido esa conducta, el castigo no evita la repetición de la misma, y la persona no puede controlar ese comportamiento mediante su voluntad. El voyeurismo conlleva fantasías sexuales recurrentes, muy excitantes, impulsos sexuales o comportamientos de observación, sin ser vistos, a personas, en plena actividad sexual, o desnudándose, mostrando los genitales o no. Para ser definido el comportamiento como voyeurista, requiere que se produzca en un período no inferior a los seis meses y provoque un malestar clínicamente significativo o un deterioro social, laboral o de otras áreas de la actividad del individuo. 

En general los voyeuristas sufren un importante sentimiento de culpa, teniendo una sexualidad disfuncional. A diferencia de los “mirones” y las “mironas” que reaccionan ante cualquier estímulo erótico y gozan de una vida sexual satisfactoria, las personas voyeurs tienen dificultades para identificar y expresar sus necesidades, debido a su inmadurez psíquica. En el caso de que tengan pareja, esta puede sufrir las consecuencias de compartir una sexualidad problemática y enfermiza. Según P. y M. Habert, las prohibiciones y castigos constantes, ante la curiosidad natural del niño de saber y descubrir, de ver, de mirar, y observar las relaciones afectivas y sensuales entre adultos; o que el niño se toque los órganos sexuales; provocan la necesidad y el deseo de mirar y de ver, desarrollando de adulto en el caso de algunas personalidades más sensibles, este tipo de parafília.

LA PRIMERA VEZ


En las relaciones íntimas, como en otros aspectos de la vida, actualmente existe infinita información. En internet hay fotos, películas, documentos escritos, de todo, incluso la simulación de cómo si uno lo estuviera haciendo. Además de la gran comunicación entre los jóvenes. El ocultismo y el mito ya se va diluyendo con las generaciones y se va transformando en otras realidades. 

Cuando se encuesta a los jóvenes, pasados los diecisiete, la manifestación más frecuente sobre la primera vez, va en la línea de cierta vergüenza, timidez, inseguridad de si estará a la altura de las circunstancias, los nervios, que pensará el otro... pero en conjunto no lo ven como tan determinante. Piensan que si no sale tan bien a la primera, habrá otras y así la posibilidad de mejorar. Las mujeres (como siempre) desean un chico más dulce y más cariñoso y sobre todo, estar enamoradas de él. Los chicos también prefieren que sea la chica que les gusta y que quieren. Quitando alguna situación dificultosa, donde los nervios jueguen una mala pasada, y la chica se bloquee y tenga dolor, en general si está lo suficientemente excitada y con ello lubricada, no tiene desgarros –manifiestan en algún caso especial- y todo va sobre la marcha. Como expresan, molesta o duele un poco pero a la vez gusta. Y las siguientes más, dicen. En el caso del chico, el problema de que se acelere demasiado, puede tener peores consecuencias para ambos. Así que relajación, respirar hondo y no tan a prisa. 

En otras ocasiones hay problemas de otra índole. El alcohol. Primero se coge la borrachera –según cuentan- y luego sin haber planificado nada acaban enrollándose y teniendo relaciones que pueden ser con la pareja, o con un amigo, un conocido, o un desconocido. Y en general con alcohol, suele ser sin preservativo. Por eso acuden a la pastilla del día después. Y aquí está una fuente de problemas de contagio del VIH, u otras enfermedades. 

Es cierto que todos desearían que esta primera vez fuera algo bonito, para recordar con felicidad. Y como piensan muchos si eso no ocurre, ya vendrán otras y para seguir aprendiendo y evolucionando. Afortunadamente ya pasó a la historia el hecho de que si una mujer no sangra, es que no es virgen y entonces, con quien lo habrá hecho antes ¡. Ahora se demuestra que una mujer, en esos momentos, tratada con cariño, un tiempo de caricias, ternura y amor, la propia naturaleza va relajando los músculos, las hormonas juegan su función, la lubrificación llega y todo ello da lugar a una mayor suavidad y mejor desplazamiento. Aunque al principio sea más justito el lugar, obviamente no es preciso sangrar, como decían antes los que se creían dueños de la presa, con las ansias de control de la mujer, de su presente, su futuro y su pasado. Aunque por desgracia, los esquemas ancestrales siguen ubicados en muchas personas, lo mejor es la evolución de la humanidad, con la información tanto escrita como en imágenes que contribuye a transformar mitos en realidades. Y si bien, otros vendrán, estos ya no existen. Cuando unos jóvenes de 14, 15, 16 o 17, se lanzan a la aventura, disponen de más datos. Eso sí, el momento sigue siendo altamente especial por la vergüenza de compartir sus íntimidades, las fuertes emociones que conlleva, todo junto, excitación, miedo a lo nuevo. Pero también con unos horizontes de superación y manejo de la situación, a diferencia del pasado, en muchos casos con un trauma para toda la vida.

ESTADO DE SHOCK



Angustia, ansiedad, estrés, impotencia, rabia, depresión, es el estado en el que se encuentran muchos padres al saber que a su hijo le gustan los chicos y/o a su hija las chicas. Una de las situaciones altamente desestructurantes por las que en la actualidad pasan muchos padres y madres. El número de gays y lesbianas, ha aumentado considerablemente. El cine, la televisión, el arte y la vida en general, lo evidencian. 

Si bien los padres saben que cuando se trae a un hijo al mundo, se es un protector-mediador para educarlo, para que crezca y evolucione y ayudarlo con cariño y amor a que sea él mismo con todo su potencial y que desarrolle su personalidad, también sería necesario que se aprendiera a aceptarlo respetando su sexualidad y a quererlo y amarlo incondicionalmente. El golpe emocional que sufren muchos padres al saberlo, les lleva directamente a la consulta del psicólogo o del psiquiatra, en el mejor de los casos. No es fácil para los progenitores imaginar a su hija besándose y abrazándose con otra mujer o a un hijo manteniendo igualmente, relaciones íntimas con otro hombre. En la mayoría de los casos se les retuercen las entrañas, se les encoge el corazón, se les pone un nudo en el estómago y muchas lágrimas en los ojos. Es por ello por lo que conviene tratar este estado de shock con un profesional, en los casos en los que personalmente uno no se pueda recuperar. Sobre todo porque el hijo necesita del amor de sus padres, y comprobar que ese amor esté por encima de cualquier circunstancia. 

En ocasiones los padres desarrollan un proceso de ira y cólera y arremeten contra los hijos, ante la impotencia que sienten por la situación que la vida les ha traído. Otros muchos padres sienten que por ellos les daría más igual, es el daño que les supone el haber escuchado en tantos momentos el desprecio y la marginación que se aplica a estas personas, y sufren por ellos. Los padres que en general quieren tanto a sus hijos, les duele en su corazón, las situaciones a las que estos se tengan que enfrentar. Precisamente esta ya es otra época. Ahora en las clases de adolescentes, ya es familiar entre los jóvenes, tener compañeros gays y lesbianas y los estudiantes lo toman como otras opciones, como algo normal. Su naturaleza es así y se precisa respetarla. Se encontraron con ello en su propio crecimiento, por múltiples factores. Y precisamente no se trata de que el padre o la madre se culpen, sino de quererlos lo más posible, dadas las situaciones de exclusión y o marginación que a veces ocurren. De hecho, viven en un mundo donde hay todavía gente que les insulta, se ríen y hacen chistes. Como personas que son, con su inteligencia, sentimientos, emociones, sensibilidad, capacidad de trabajo y de contribución a la sociedad, socialmente se precisa de una actualización y puesta al día de esquemas mentales en la gente, para no herir y en el caso de los padres, para brindarles el apoyo y la consideración que merecen por encima de su condición sexual. 

Es tan urgente el cambio de mentalización en la sociedad actual, que se transforma velozmente, que más que nunca el estancamiento en esquemas del pasado conlleva un costosísimo sufrimiento. Y es necesario ese cambio para terminar también con otros dramas que se viven diariamente, en parte como consecuencia de lo mencionado anteriormente. Y es la violencia domestica y el acoso psicológico, que se producen en muchas ocasiones en parejas en las que uno de los dos tenía la sexualidad equivocada. Cuantos hombres están casados, con hijos, otros separados, que en realidad son gays y por la presión social, o por no saberlo claramente, se casaron con la pareja equivocada y acaban con violencia y maltrato. En esos casos las mujeres no lo supieron a tiempo y su vida ha sido y es, un drama.

FALTA DE DESEO SEXUAL



Hay personas que ya por su propia naturaleza no son muy propensas a las relaciones íntimas, más bien ocurren cada no se sabe cuánto tiempo, coincidiendo con alguna constelación especial, y ello hasta aquí es natural y muy respetable, como cualquier otra condición de la persona. 

El problema aparece cuando la pareja sí necesita de otro ritmo con más cantidad de encuentros, ya que el que hay no se coordina para nada con el suyo y así nace la sensación de carencia y necesidad, en este punto identifican que hay problemas de alguna índole en la relación, y de que “esto va mal”. 

Por otro lado, se dan otros casos de gente que sí venía disfrutando en su vida y se apagan de forma más brusca o más gradualmente. 

Este sector de la población, es probable que haya tenido en su vida algún acontecimiento o situación de las que se detallan a continuación -entre otros- y que haya sido el factor causal, desencadenante, o el factor que haya venido manteniendo esta ausencia de deseo: 

estrés o agotamiento, adicción al trabajo, depresiones, ansiedad, anorexia, obsesiones, insomnio, adicción al alcohol, a otras drogas, ingesta de ansiolíticos, otros medicamentos psiquiátricos, por la toma de anticonceptivos, muertes de familiares cercanos, o de amigos, fracasos en algún proyecto, pérdidas económicas, cambios de perspectiva vital, falta de seguridad en uno mismo, falta de autoestima, obesidad, enfermedades, operaciones. 

Situaciones dramáticas de la vida en las cuales uno ha desarrollado un odio al sexo opuesto. También se da esta ausencia de deseo en personas poseedoras de una autoconciencia rígida y castigadora, anorexia, obsesiones, y también se da en otras enfermedades mentales. 

Gente que han sufrido acoso psicológico, abusos sexuales. Sujetos que tienen una pareja con personalidad problemática y en los que el deseo muere por completo, antes de mantener relaciones íntimas con él o con ella, en función del caso. Otras veces la pareja ha vivido múltiples situaciones de discusión o conflictos y se han dejado de gustar. 

En otros casos ha aparecido alguna tercera persona que ha arrebatado la pasión a él o ella y ha descendido completamente el deseo hacia la anterior pareja. Otras veces por la adicción a internet, donde han encontrado páginas de sexo en las que realizan encuentros y se masturban en directo. 

Algunas mujeres después de haber dado a luz. Y no solamente en estos casos mencionados puede existir una falta de deseo por las relaciones sexuales, hay que tener en cuenta que cada persona es un mundo y en cualquier otra condición de vida específica, también puede estar ausente. 

Las personas que son conscientes de su inapetencia y que están viviendo en pareja, antes o después suelen plantearse que de no solucionar su problema a tiempo, el otro componente de la pareja va a pasar por un periodo de espera, de aguante o de paciencia, pero que llegará un tiempo en que la relación corre un alto peligro de desaparecer. 

La gente sí suele pensar que si sus problemas no se solucionan a tiempo, el otro puede ligar fuera o sencillamente que se le presente alguna oportunidad y no la descarte, por un lado debido a la necesidad que tiene en ese desierto y por otro lado porque uno después de tanto tiempo, ha perdido la esperanza y se ha desencantado o el amor se ha ido. 

En múltiples ocasiones también se siente rechazado porque cree que no gusta a alguien que nunca tiene ganas de él o de ella. En otras ocasiones es la persona que dentro de la pareja sí tiene deseo, la que anima a la otra inapetente a resolverlo o a plantearse qué pueden modificar entre ambos para salir de esa inercia tan destructiva. 

Y así, se dan casos como el del buen paisano aquel que decía a su pareja: “te ha cambiado más el psicólogo en dos meses, que yo en veinte años”. Naturalmente no en todos los casos será así, pero los problemas cuando no se resuelven, crecen. Y luego “ la separación”.

ENAMORARSE DE UN PSICOPATA : ALTO PELIGRO



La psicopatía, es el primer trastorno psiquiátrico descrito. Para Pinel (1745-1826) es una persona sin déficit en las facultades cognitivas, pero con un severo daño en la capacidad afectiva: su extrema frialdad emocional; lo que constituye una de las características descriptivas del psicópata.

Aparece alrededor de los 15 años, donde se da el fracaso para adaptarse a las normas sociales, deshonestidad, mitomanía, estafas por beneficio personal o por placer; impulsividad, irritabilidad y agresividad, despreocupación imprudente por su seguridad o la de los demás, falta de remordimiento y extrema frialdad del psicópata. Imposibilidad de establecer relaciones profundas y vínculos por su incapacidad afectiva en la relación con los demás. El psicópata se relaciona siempre procurando su placer o la utilización del otro para el logro de sus metas, sin desarrollar vínculos afectivos reales. Las relaciones que establece son superficiales y de corta duración, puede fingir las emociones en forma manipulatoria mientras le convenga o desee lograr algún fin, pero romperá con facilidad cualquier relación que haya establecido con total desprecio, incluso en el caso de relaciones con pares delictuales, no vacilará en acudir a la delación si eso le beneficia. Su mundo afectivo está marcado por el utilitarismo y el pragmatismo en la consecución de sus metas. Una vez logradas, el otro será desechado o eliminado 

Walsh, Swogger y Kosson (2005) sugieren que los psicópatas se involucran en una violencia instrumental, premeditada y a sangre fría. 


En cuanto a la pareja, suelen ser personas encantadoras y persuasivas, son también tramposos y dañinos ¿Cómo reconocerlos para no caer en una relación destructiva? Para una persona sensible, es muy fácil enamorarse de un psicópata, su seducción y manipulación con flores, regalos, palabras. Se cae en la trampa. Progresivamente van captando la psicología de la víctima, cualidades, conocimientos y todo el peculiar mundo de la pareja, contactos, información y así comienza a “usarla”. Comienza una profunda y sutil descalificación, para socavar su autoestima. Cuando la pareja se hunde, la abandonan. Esa descalificación genera en la mujer una depresión y en ese estado lo siga idealizando y no se de cuenta de que se siente así porque el psicópata la llena de culpas. 

“Como son personas muy crueles, a los psicópatas lo que mayor satisfacción les produce, es engañar a la mujer que los ama, y lo hacen sin la más mínima preocupación por el daño o el dolor que causan”. Mienten constantemente: a pesar de que juren y perjuren, “los psicópatas tienen pocas posibilidades de cambiar”. 
Lo más recomendable es huir definitivamente de una persona así. Entre las características de la personalidad de un psicópata, que permiten identificarlos, están: Son locuaces y persuasivos, impulsivos e inquietos, expertos en declaraciones de amor que tienen como objetivo obtener un bien deseado, e incapaces de manifestar sentimientos de culpa. Tratan de controlar exhaustivamente. Especialistas en prometer cambiar su comportamiento si son descubiertos en mentiras, culpan siempre a los demás por sus errores. Además, los psicópatas insisten en obtener apoyo y comprensión incondicionales, y cuando se les recrimina arremeten culpando y diciendo que no se les ama. Arrebatos de furia y violencia, son breves, y sin razón aparente, quedándose tan tranquilos, aunque su pareja esté desgarrada y llorando. Suelen abusar de sustancias, conducción temeraria y otros comportamientos como automutilaciones. Entre sus manipulaciones están las amenazas constantes de suicidio. Sentimientos de vacío. También tienen ideaciones paranoides.

POTENCIAR EL DESEO


En las relaciones de pareja, cuando se instala el desinterés, la apatía y la desgana por parte de algún componente de la misma (generalmente la mujer), es probable que nazca un proceso de finalización del compromiso por parte del compañero que se ha visto relegado y no tenido en cuenta y le lleva a pensar que allí no se le quiere y no gusta. 

Gradualmente comienza a nacer un interés creciente por buscar fuera de la relación. Con esta realidad tan repetida (el 60% de los que se casan, se separan), es preferible anticiparse a esta dinámica (en los casos en los cuales el asunto más o menos no importe, no habrá sorpresa) y al menos si una persona no desea finalizar, que pueda anticiparse a las consecuencias puesto que luego genera múltiples sufrimientos, crisis de ansiedad, depresiones e incluso deseos de suicidarse; la cuestión es: ¿si tan importante es la pareja, cómo no se la tiene en cuenta para las relaciones íntimas ?. 

Ante todo es necesario descartar enfermedades médicas. Además conviene revisar la ingesta de medicinas, muchos anticonceptivos orales interfieren extinguiendo los deseos; generalmente las medicaciones psiquiátricas también, entre otras, los antidepresivos y ansiolíticos prácticamente anulan el interés por la sexualidad y el sujeto al intentar solucionar un problema se encuentra con otro. El abuso de alcohol y otras drogas resulta altamente bloqueador. 

Entre los múltiples elementos vitales que potencian el deseo, están: el amor, mágico en sí mismo, el potenciador pasional y hormonal por excelencia; el poder de la intención, puesto que cuando una persona tiene un verdadero interés en algo, la fuerza de las emociones, las razones y la pasión, todo ello conjuntamente, resulta imparable. 

El nivel de actividad como factor de personalidad también determina el disfrute y la iniciativa de ponerse en marcha, frente a las personas más pasivas que tienen cierta alergia al movimiento. 

Otro componente esencial es la inteligencia para valorarlo en su conjunto, conociendo los múltiples beneficios hallados en cientos de investigaciones: para la mente y el mundo de espiritualidad de la persona, la psique (abundantes sustancias neuronales favorecedoras del buen estado de ánimo y otros grupos de componentes antienvejecimiento que mantienen la memoria, el aprendizaje, la creatividad en sus mejores niveles el rendimiento intelectual y laboral); el cuerpo (ya que al mantener las relaciones se desarrollan procesos benefactores para los órganos, músculos, huesos, arterias, piel, sistema inmune). 

Inteligencia emocional: la capacidad de exteriorizar los sentimientos y emociones para comunicar y compartir el amor, la ternura, caricias. La seguridad y la confianza en uno mismo es otro factor influyente, no solamente para la pareja sino también para el sí mismo, puesto que este tipo de personas conciben permitirse el disfrute como algo que les pertenece aplicándose con más motivación. 

Otra dimensión del ser que contribuye a potenciar el deseo, es una base de salud física y mental, por la fuerza de la propia naturaleza. La práctica de ejercicio físico ayuda a mantener también un organismo con más resistencia y tonificación (algo imprescindible en la materialización de las relaciones, llegando a óptimas ejecuciones y realizaciones). 

Imprescindibles también los componentes artísticos y estéticos de la persona para el cultivo del erotismo y la seducción, necesarios para la creación de contextos con gran potencial generativo (el cultivo de los sentidos, perfumes, alimentos, ropas, películas, tacto). 

Y la imaginación, otro potente afrodisíaco, aunque, si bien para Einstein “la imaginación es más importante que el conocimiento”, para las relaciones íntimas todos los factores expuestos cuentan y funcionando en conjunto, la potenciación del deseo crece exponencialmente, todo ello con espontaneidad e inteligencia relacional para ser sensibles a las necesidades del otro.

LA SEDUCCIÓN




Es una habilidad, un potencial humano que tiene como objetivo el convencer al interlocutor o a los oyentes hacia los deseos del seductor. 

En función de las metas que persiga este, la seducción supondrá una ayuda para el otro (cuando el doctor intenta persuadir al paciente para que siga un tratamiento), o si se intenta influir para hacer daño (abusos sexuales), sometiendo la voluntad del otro. En general este potencial humano, la seducción, se suele aplicar en todos los aspectos de la vida, e implica convencer a otros de lo que se dice, o que hagan lo que uno desea, o que compren tal objeto o voten a un partido. No obstante, la seducción, donde tiene su área de uso por excelencia, es en lo relativo al amor. 

Entre la gran variedad de personas seductoras, el abanico de posibilidades es infinito, desde los seductores que son así por naturaleza y gustan en sí mismos, hasta otros que también lo son para un número más restringido de personas. Y en lo relativo a modos y maneras utilizadas para convencer, también hay miles. Hay algunos casos curiosos de personalidad, el seductor que aunque sabe que nunca, por la propia diversidad humana, se puede gustar a todo el mundo, casi, casi lo intenta. Puede que tenga detrás una historia de desamor y de no sentirse amado desde la infancia y anda por la vida en una búsqueda errante de ese amor que le faltó ya desde pequeño y ahora necesita curar la herida, de forma equivocada, seduciendo al mayor número de gente posible, esa es su principal meta; seducir en este caso, sería como coleccionar el mayor número de personas para así vivir en la ilusión de tanta gente que le ama y le recuerda lo especial y valioso que es (que él siente que es). Por más conquistas que consiga, nunca sacia el hambre de amor. Esta herida se trabaja en la terapia psicológica. 

En otros casos de parejas, es todo más fácil, ya que ambos buscan un mismo fin, amar y ser amados. Actualmente, hay cientos de libros y páginas y redes de seducción por internet que sugieren cientos de fórmulas para conseguir enamorar y gustar. En todo este contexto de la seducción, como suele ocurrir en psicología, lo mejor es comenzar por uno mismo. La persona que se siente bien en su piel, se valora y que está contenta consigo misma, conociendo sus defectos e intentando aprender a mejorarlos, y valorando su potencial, poco o mucho, con una autoimagen positiva y autoestima y confianza altos; puede llegar a ser en sí misma muy seductora, la seducción que conlleva los siguientes significados: “No me importa el que no te guste, a otras personas le gustaré” o “me gusto a mí mismo”, o “no se puede gustar a todo el mundo”, mensajes subyacentes a una historia personal de más confianza y menos hambre de amor a cualquier precio. 

En general el éxito en la seducción amorosa es un proceso que se inicia con una fase de observación, análisis y posicionamiento, medio consciente e inconsciente a la vez, para convertirse uno en el sueño que realmente parece que necesita el seducido, para llegar a su interior y desde allí generar una fuerte necesidad hacia el seductor. Las estrategias aplicadas, pasan por la utilización del lenguaje de una forma sutil y como teledirigida para que cale en el alma del objetivo; y por otro lado la comunicación no verbal con miradas, gestos, posiciones, y todo lo demás que vaya surgiendo por el camino. Incluso a veces la estrategia utilizada por el seductor, implica la autocreación de una máscara, insoportable para mantener durante mucho tiempo, de ahí, en función de cada uno, se irá descubriendo la verdadera personalidad, a veces después de conseguir ligar (un trofeo más), o en unos meses, otros después de la boda y otros después de tener hijos en común. Y es ahí precisamente donde conviene que ande listo el ciudadano de a pie, para analizar y estudiar si es posible al seductor que se le acerque y decidir si conviene o no en la vida de uno (Vallejo-Nágera, A. 2008).

SOUSHOKUKEI-DANSHI / HOMBRES HERBÍVOROS




Maki Fukasawa, escritor japonés, inventó el término en 2006(soushokukei-danshi) “hombres herbívoros”, para referirse a una tipología de hombres, con las siguientes características: edades entre 20 y 30, sus prioridades en la vida en general, las modas de todo tipo, del peinado, el maquillaje, la ropa, los complementos, la alimentación sana, no comen carne, en conjunto le dan especial importancia a la apariencia física. Se peinan y se visten de una forma femenina, andrógina. Especialmente respetuosos con la naturaleza y el medio ambiente. Tampoco le dan especial importancia al dinero, aunque por los gustos y la estética lo precisen, ya que tienen preferencias caras, sin embargo no tienen grandes ambiciones económicas y menos acumular posesiones, siendo por otro lado ahorradores. Apegados a la madre, gustan también de la no competitividad laboral, amantes de la vida tranquila, sin interés por las relaciones sexuales (la pasión carnal), no los aplican ni con otros hombres ni con mujeres (de ahí lo de herbívoros, además de no comer carne), en todo caso, prefieren la autosatisfacción. 

Este autor, denominó a las mujeres que sí prefieren vivir con un hombre y crear una familia, “la mujer carnívora”. Los “herbivore men”, sí aprecian la amistad con hombres y mujeres, pero no contemplan la necesidad de mantener relaciones sexuales ni sentimentales para vivir. En investigaciones realizadas por el gobierno japonés para conocer las preferencias de sus ciudadanos, han detectado entre jóvenes que desde los años 70, descendió el número de matrimonios: 50% de mujeres y 60% de hombres viven sin pareja. Y a su vez se ha multiplicado el número de divorcios. 

La autora del libro: "Los hombres herbívoros finos están cambiando a Japón", Megumi Ushikubo, afirma que dentro de este grupo de población, estarían aproximadamente dos tercios de los japoneses jóvenes. Otras encuestas realizadas en ese país, afirman que los juguetes sexuales, el cibersexo y la pornografía centran el objetivo de sus preferencias, antes que el contacto carnal en sí. El cantante Tsuyoshi Kusanagi, integrante de la banda SMAP, es uno de la nueva tribu, con múltiples seguidores. Entre los críticos, con frecuencia les describen como afeminados, o frágiles y vulnerables, si bien, mostrar las sensibilidades y vulnerabilidades de cada uno, más que ser una debilidad, es una contundente realidad de la vida, lo cual conlleva una mayor seguridad en sí mismo para exteriorizarlo, siempre que no se haga como víctima. 

Algunas personas mayores y los tradicionales, consideran la necesidad de comer carne, para ser más varoniles, tener importante musculatura y temas así. Según consta en algunos foros, sí son las mujeres japonesas las que tienen un mayor atractivo para los hombres extranjeros. No ocurriendo lo mismo en el otro caso: a las mujeres extranjeras un porcentaje alto de los hombres japoneses les parecen como más suaves, o más afeminados. En Japón, la belleza masculina se había relacionado ya con lo andrógino (teatro kabuki). Aparte de las apariencias, los “hombres herbívoros”, están más cerca de desarrollar su propia identidad personal, tratando de escapar de moldes de comportamiento impuestos por la sociedad japonesa, como fueron los últimos años de excesivo consumismo. Se supone que su actual reminiscencia está en el consumo de la moda. No obstante la tendencia global de la humanidad es hacia lo andrógino, puesto que mujeres hace años que vienen desarrollando comportamientos más utilizados por hombres y hombres que vienen potenciando múltiples actitudes y conductas que antes solo realizaban mujeres. Y en cuanto al no gusto por el sexo, es más frecuente de lo que parece: el estrés laboral, entre otros aspectos, bloquea el deseo de relaciones sexuales, ocurriendo con frecuencia una alta apatía.

DISFUNCIONES SEXUALES



Son situaciones que se presentan en las relaciones íntimas, impidiendo el placer natural, y el fluir satisfactorio tanto para el individuo que lo padece como para el que sufre las consecuencias. En concreto, se denominan disfunciones sexuales a un conjunto de problemas que interfieren, y afloran al mantener relaciones sexuales y que afectan al proceso, bien por alteraciones en el deseo, o en el momento de la excitación, o que dificultan las fases del orgasmo. 

Las disfunciones, según Masters y Jhonson son transitorias y tienen tratamiento con un porcentaje de solución de más del 80%. Aproximadamente entre el 40% al 60 % de las mujeres, sufre alguna disfunción, siendo las más comunes, la falta de interés por lo relacionado con el sexo, y en otros muchos casos, padecen problemas en el momento de la excitación. Entre los hombres, aproximadamente el porcentaje de disfunciones alcanza sobre un 40%, la más frecuente es la eyaculación precoz seguida por problemas de erección. 

En general existen varios tipos de disfunciones, siendo más frecuentes: los trastornos del deseo sexual o anafrodisia; los trastornos de la excitación sexual, como la disfunción eréctil, y en el caso de la mujer, inhibición del deseo sexual. En los trastornos del orgasmo, algunas personas padecen de la ausencia de orgasmo, anorgasmia; eyaculación precoz en hombres, o ausencia de eyaculación. Y los trastornos por dolor, más frecuentes en la mujer y que se presentan durante el coito (dispareunia), siendo estos al inicio, durante o al final; y vaginismo. 

Los sujetos vivencian con mucha preocupación, angustia y miedos, los aspectos relacionados con su sexualidad, máxime si son conscientes de que sufren algún problema, ello suele acomplejar bastante a las personas e interfiere esencialmente en la comunicación. Por ello en muchas ocasiones rechazan intimar con posibles parejas para evitar así confrontarse con su sufrimiento. En otras ocasiones les desencadena depresiones, obsesiones u otros comportamientos de evitación, ingesta de alcohol y otras sustancias. 

Existe una amplitud de factores causales y que mantienen la disfunción, en cada caso, según sus peculiaridades: problemas de comunicación, abusos sexuales en la infancia, traumas, culpas, ansiedad, depresión, adicciones, al juego, internet, alcohol, sustancias legales e ilegales, tabaco. Medicaciones. Obsesiones, fobias, trastornos de la alimentación, crisis de pareja, problemas interpersonales, fracasos en relaciones anteriores, fallecimiento de algún ser querido, estrés, síndrome de estar quemado, acoso psicológico, falta de confianza en sí mismo, inseguridades, miedos, quedarse sin trabajo, fracaso en la consecución de otras metas. Problemas médicos: endocrinos, hormonales, enfermedades congénitas, lesiones, circulación, tumores. 

En las relaciones de pareja, sufrir alguna disfunción de las mencionadas, u otra problemática psicosexual y no tratarla, les lleva a situaciones muy complicadas como puede ser el deterioro progresivo de la relación, el distanciamiento, y el encuentro de relaciones fuera. Y esto puede fácilmente derivar en separaciones. El proceso de deterioro suele ser específico de cada pareja, aunque lo más probable es que en múltiples ocasiones se va produciendo una habituación, ambos saben que aquello no funciona, hay silencios, y la comunicación conjunta falla, pero viven sumidos en el día a día perdiendo horizonte. Esta situación puede durar semanas, meses, años. Con el transcurrir del tiempo algún miembro de la pareja, como es natural, lo siente de forma diferente y en muchas ocasiones, bien por internet, bien por algún compañero de trabajo, o amigo, o sencillamente porque toma conciencia de lo que ocurre y quizás es ya demasiado tarde. Existen muchas parejas que después de tiempo sin relaciones manifiestan su frialdad hacia el otro, distanciamiento y total pérdida de interés.

ADICCION AL SEXO


O hipersexualidad, lo padecen personas que sufren sensaciones de odio hacia sí mismos, complejo de inferioridad, ansiedad, enojo, soledad, vacio, falta de confianza en sí mismos, e insatisfacción personal. Utilizan el sexo como una droga para escapar de todas esas emociones, con la falsa esperanza de ser más felices, y lo que consiguen son multiplicidad de problemas y sentirse cada vez más vacíos. 

Los dramas que se derivan de la adicción al sexo, son múltiples, entre ellos, descuidan su vida de pareja, familiar, laboral y social, separaciones. Pierden el control, llegando a tener también problemas económicos serios e incluso arruinándose. Todo ello acompañado de ansiedad y depresión. Con frecuencia, para satisfacer esa obsesión, buscan contacto sexual con desconocidos, citas a ciegas, llamadas a líneas eróticas, frecuentar prostíbulos, adquisición de objetos pornográficos, avidez por los temas sexuales en Internet, visitando páginas, formando parte de foros de sexo en directo, abusos sexuales, pedofilia, exhibicionismo, turismo sexual. En otros casos les lleva a consumir drogas para tener más potencia sexual, como alcohol y cocaína, y posteriormente por la impotencia que producen estas, tienen que acudir a la viagra. En conjunto puede afirmarse que afecta muy seriamente a su calidad de vida. 

El cómo se llega a este punto, hay que tener en cuenta que cada persona es un mundo, en cada caso por diversas razones. Si bien, existen múltiples posibilidades de que en su infancia, estas personas hayan sido reprimidas sexualmente y han tenido una educación altamente culpabilizante en lo relativo a la sexualidad. Y a la vez existen otros problemas concomitantes psicológicos y psiquiátricos. También pueden existir en la persona hipersexual, presencia de malos tratos y abusos sexuales.

El alto malestar y la culpa son muy frecuentes, siendo factores causales y a la vez estos sentimientos de culpa, lo sienten también después de consumir sexo, dándose una importante circularidad, y por ello, convirtiéndose en factores de mantenimiento de la obsesión. Con esta adicción, o desorden hipersexual, existe un notable aumento de los casos que acuden a las consultas del psicólogo como un intento desesperado de organizar “su persona” y “su vida”, resolver los problemas legales, salir del pozo en el que se encuentran, en algunos casos se están viendo empujados al suicidio. Aunque en algunos casos hay personas que sin ser adictas, tienen una sexualidad exuberante, la obsesión por el sexo, hipersexualidad o adicción, se caracteriza por una necesidad compulsiva, incontrolable del consumo de sexo: oral, anal, vaginal, masturbándose. Padecen una importante necesidad de tener relaciones sexuales de cualquier índole. Temen perder el vigor sexual y procuran buscar constante excitación que les demuestre que aún están “vivos”. 

La amplia variedad de casos pone de manifiesto la diversidad de factores que han contribuido a que la persona desarrollara y manifestase la adicción, como es el caso de gente que habiendo tenido una experiencia con su anterior pareja muy gratificante en el ámbito sexual, llegado el caso de la separación, van al sexo desesperadamente en una búsqueda inconsciente de la pareja perdida. En otras ocasiones justifican su comportamiento culpando a la actual pareja de no tener tantos deseos de juegos sexuales como tiene el hipersexual, y así se convierte en una excusa para infidelidades. No obstante existe una certeza como es, que la sexualidad es una necesidad básica del ser humano y a diferencia de otras adicciones que pueden llegar a suprimirse, en la adicción al sexo, más bien el objetivo o meta a conseguir sería llegar el paciente a manejar y/o controlar su sexualidad, de una forma satisfactoria y constructiva. Incluso en un entorno con nuevas tecnologías, que según algunos expertos manifiestan ha contribuido a facilitar el acceso a la pornografía y sexo y si bien en principio ello no tiene porque ser negativo, si puede contribuir a que muchas más personas desarrollen hábitos que conduzcan a la adicción y la compulsión.

LA FELICIDAD


Desde la perspectiva de Maslow (1968), la felicidad es tanto un resultado de una vida con componentes felices, como un factor que contribuye a  acelerar el desarrollo.
Propone que junto con la  “alegría” y las “experiencias límite”, la felicidad acompaña al crecimiento hacia la propia autorrealización. Se da lo mejor de sí al verse propulsados por una “motivación continua”: es decir, “atraídos” por el placer de los resultados. La felicidad actúa como un acelerador del crecimiento y evolución personal, abriendo camino hacia intereses que van más allá de los problemas de uno mismo.


La psicología moderna ha investigado sobre los efectos que produce en una vida el ser una persona más feliz, y entre los hallazgos están:


--Procesos cognitivos: conciencia más aguda, ampliando el campo de la percepción y la atención, estimula la actividad, y con más entusiasmo, más esfuerzo, utilizado al máximo las posibilidades, con mejores rendimientos en el aprendizaje y más éxito en las tareas y en la preparación. Además, en los pensamientos son más independientes y más fluidos con buen humor y está más orientado hacia el aquí y el ahora. Hay menos tendencia a refugiarse en las reminiscencias del propio mundo interior. La felicidad conduce a una actividad entusiasta más que a una pasividad satisfecha. El sentimiento placentero proporciona un efecto energizante, con más actividad y enérgia, teniendo cada día más productividad y más eficacia.  

En conjunto, la felicidad estimula y fomenta la creatividad. Más abiertos al mundo, con una visión más amplia.  En realidad se descubrió que las personas más infelices son más tendentes a echar la culpa a otros o al mundo en general.


--Relaciones: facilita las relaciones y contactos sociales, con la esposa e hijos, y con la sociedad. En general, estimula el compromiso activo y  abre el camino a todo tipo de encuentros auténticos, la infelicidad lleva a la  preocupación por uno mismo. La persona más feliz siente más “empatía” y es más “sensible socialmente, están más interesados por el prójimo y por los problemas estando más atento a las necesidades y emociones de otras personas y tienen un mejor funcionamiento social, estimulado por el compromiso social, y menos absorbidos por problemas personales. Estas capacidades son cruciales  en los contactos con niños; especialmente con los niños pequeños. Una relación pobre con los padres puede dañar severamente la salud mental del niño, (Fromm 1962) afirma: “... una madre no sólo ha de ser una buena madre sino también una persona feliz...”

 El individuo feliz y en desarrollo es capaz de involucrarse con los demás y no de usarlos para rellenar  vacíos.


--Salud: contribuye a una buena salud. La felicidad llevada más allá amortigua el estrés preservando así la salud y alargando  de algún modo  la vida. Las actitudes positivas funcionan como un amortiguador del estrés. Un punto de vista positivo del mundo significa que los eventos de la vida que producen estrés son percibidos como retos y no como amenazas. La mala suerte duele menos porque uno puede tirar de cierta reserva emocional. Los efectos protectores de este tipo son atribuidos normalmente a una alta auto-estima de la propia “competencia” al tratar con los problemas de la vida y al “apoyo social” percibido. Cuanto más disfruta uno de la vida, mejor soporta los reveses.

La frustración crónica tiende a incrementar la vulnerabilidad hacia la enfermedad. El descontento con la propia vida como un todo, afecta negativamente a la salud.

En general, estar de buen humor y tener una actitud positiva hacia la vida, están muy relacionados. Cuanto más satisfecho está uno con la vida, más a menudo se está de buen humor. La disminución del humor iba acompañada de una merma tanto de los sentimientos como de las actividades en curso. En su filosofía de vida, las personas más deprimidas daban relevancia a “la inevitabilidad del sufrimiento y la reclusión”,  mientras que los jubilosos hablaban más bien de probar fortuna “conociendo gente nueva” y “ampliando los intereses”.
Estos resultados de investigaciones en conjunto sugieren que los humanos funcionan mejor cuando disfrutan más de la vida y siendo con ello más felices.

ADICCIÓN AL AMOR


El proceso normal del enamoramiento se relaciona con una situación en la que una persona comienza sintiendo simpatía por otra para después pasar a una atracción inocente, o no tanto, y se comienza a idealizar hasta llegar a convertir al otro en un ser divino. Entonces el individuo se cierra al amor cegándose. 

Incluso se dice que el amor es ciego cuando incapacita para hacer un análisis realista de la situación, cuando se proyectan en la otra persona todas las ilusiones, cuando se cree que es la única persona que puede dar la felicidad. 

Si este proceso es muy rápido, se le denomina flechazo amoroso, lo cual es síntoma de inmadurez afectiva porque la evolución madura es probable que sea lenta y progresiva. 

Sea como fuere, este debe ser un proceso pasajero para culminar en un amor maduro entre dos personas independientes que se desean, se aman, se respetan y comparten muchos aspectos en común y a la vez disfrutan de autonomía. Sin embargo, existen personas que no superan la etapa de la ceguera, las personas dependientes.

Obsesionarse por una persona o una relación es síntoma de adicción. Puede darse porque el individuo se siente tan necesitado, tan inseguro que se aferra a esa persona como si fuera su salvación. 

No es el deseo normal de unión sino de una necesidad poderosa, insaciable, que distorsiona su sentido de la realidad. Esto le lleva a una relación obsesiva de posesión, donde cualquier pequeña discusión la percibe como si fuera un profundo rechazo. La adicción al amor implica sufrimiento. 

Normalmente son personas que han desarrollado en su vida un profundo miedo al abandono, y por eso a la hora de enamorarse son posesivas y celosas, con excesiva sensibilidad a la crítica y al rechazo. Esto explica algunos casos de maltrato, donde la mujer es capaz de soportar cualquier vejación antes de elegir poner fin a la relación, su temor es el de ser abandonada. 

Las personas con baja autoestima son más proclives a la dependencia, y a la necesidad de vivir con alguien para sentirse seguros. Entre las diversas formas de adicción al amor, se encuentra el amor a una persona, como un amante, un hijo... este tipo de adicción conlleva el no poder vivir independientemente de la otra persona, sentir que es posesión. 

Este tipo de adicción es santificada por nuestra cultura (¡cómo le quiere!), cuando en realidad no es más que egoísmo camuflado. Si realmente buscas el bien de otra persona, le dejas ser independiente que es lo necesario psicológica y biológicamente. El padre sufre este tipo de adicción hacia su hijo, se disgusta por su independencia y piensa que es un desagradecido.

Si esta dependencia es recíproca, es muy difícil evolucionar en la vida, como el hijo que vive con su madre toda la vida; otro tipo de adicción puede ser a una relación, hay personas adictas a la idea de tener una relación. Están más enamorados de la idea de tener pareja que de la persona. 

Existen dos tipos, los que rompen y reinician relaciones, y los que se aferran a los efectos satisfactorios de su relación, como ejemplo, cuando dicen, te odio pero no puedo dejarte. Muchas parejas se mantienen unidas por otras muchas otras razones y no por amor. Otros sujetos presentan adicciones al romance, viven tentados por el ligue, la aventura, la pasión. 

Se preocupan por los rituales románticos como las citas, cenas, sexo en lugares infrecuentes...  toda la parafernalia tentadora del romance pasajero. 

Esta adicción suele ser el resultado de la fantasía, el infantilismo, el subdesarrollo afectivo. Buscan la seducción, la conquista, pero luego se cansan. Son inmaduros que suelen ser considerados ídolos sociales. 

A pesar de todo, en psicología, cuando la persona lo intenta, puede superar las propias limitaciones,  incrementar la confianza en sí mismo y alcanzando más seguridad, desarrollar su autonomía e independencia.

SEXUAL ABUSE / ABUSO SEXUAL




Las investigaciones realizadas sobre las consecuencias psicológicas a largo plazo del abuso sexual infantil, confirman la gravedad de los problemas que pueden presentar estas víctimas y su evolución a lo largo de la vida

Es una lacra social más extendida de lo que previamente podría estimarse (Pereda Beltran N.; 2010). Según algunas investigaciones, los efectos a largo plazo se pueden presentar aproximadamente en un 20 % de de las víctimas de abuso sexual infantil y constituye un importante factor de riesgo para el desarrollo de una gran diversidad de trastornos psicopatológicos en la edad adulta; aunque al existir multiplicidad de factores intervinientes, no se puede concluir en una relación determinística. Entre otros, los problemas a largo plazo que se ha constatado se pueden presentar, según las investigaciones, es una peor salud mental general, con una mayor presencia de síntomas y trastornos psiquiátricos, siendo una probabilidad cuatro veces mayor de desarrollar trastornos de la personalidad en estas víctimas que en la población general. 

Entre las complicaciones más frecuentes que se pueden presentar y que se describen a continuación, pueden estar presentes en la misma persona varios simultáneamente. Los más destacados son: 

1)“problemas emocionales” como trastornos depresivos y bipolares; síntomas y trastornos de ansiedad; trastorno por estrés postraumático; trastorno límite de personalidad; conductas autodestructivas (negligencia en las obligaciones, conductas de riesgo, accidentes, drogas, alcoholismo, ausencia de autoprotección, ente otras); alexitimia; conductas autolesivas (drogas, alcohol); las ideas suicidas e intentos de suicidio; y la baja autoestima. 

2)“Problemas de relación”, el mayor aislamiento y ansiedad social, menor cantidad de amigos e interacciones sociales, bajos niveles de participación en actividades comunitarias; desajuste en las relaciones de pareja; dificultades para la educación de los hijos. 

3)“Problemas de conducta y adaptación social”: las víctimas presentan mayores niveles de hostilidad; trastornos de conducta y presencia de conductas antisociales. 

4)“Problemas funcionales” como un peor estado de salud física general. Dolores sin razón médica que los justifique; cefaleas; fibromiálgias; trastornos gastrointestinales; trastornos de la conducta alimentaria (especialmente bulimia nerviosa); trastornos de conversión; crisis convulsivas no epilépticas; trastornos disociativos (alteración de las funciones integradoras de la conciencia, la identidad, la memoria, y la percepción del entorno); desórdenes ginecológicos; abuso de sustancias; entre otros. 

5“Problemas sexuales”: sexualidad desadaptativa; insatisfactoria y disfuncional; conductas de riesgo sexual (relaciones sexuales sin protección, mayor presencia de enfermedades de trasmisión sexual, riesgo de VIH); maternidad temprana; prostitución. “Revictimización”: otros agresores diferentes al causante del primer abuso sexual en la infancia, vuelven a ejercer en la victima nuevos abusos y agresiones y violencia física y/o sexual. 

6)“Transmisión intergeneracional”: las cifras de la posible transmisión de padres a hijos, se sitúan aproximadamente entre un 20% y un 30% en el caso del maltrato. 

7)“Repercusiones a nivel social”: bajos niveles de productividad; importante encarecimiento del gasto sanitario. La experiencia de abuso sexual conlleva serias repercusiones para la víctima en todos los periodos de su vida, siendo muy necesario que los profesionales, desarrollen programas de prevención y detección a tiempo para intervenir eficazmente, antes de que se complique todavía más la vida de la víctima.

LOS BENEFICIOS DEL DEPORTE




Están ya demostrados desde hace tiempo para la salud general, y para la salud sexual también. Disfrutar de una vida erótica de calidad, requiere de algunas condiciones que la enriquecen: “mens sana in corpore sano”. Si el buen estado de ánimo, la satisfacción por la vida y la pareja importan, también es imprescindible una disposición, el deseo, la intención, como dice el Dr Wayne W. Dyer en su libro “El poder de la intención”. Unas circunstancias perfectas para las relaciones tal vez no existan. 

Por ello dando un paso más y diseñando unas cuantas estrategias, se consigue más. En el caso del deporte aporta a la persona tantos puntos para este fin que conviene incluirlo y darlo valor en las vidas. Según Villers, el deporte incrementa la sensación de bienestar al producir un efecto de euforia, al liberar endorfinas e incrementarse el deseo sexual en ambos sexos, con el incremento de la producción de testosterona. La sexualidad mejora especialmente también por las endorfinas que actúan como neuromoduladores y ello contribuye a incrementar el flujo sanguíneo, por un lado y además eleva el estado de ánimo y la euforia que predispone a una mejor comunicación y relación de pareja. 

Entre los deportes más recomendados se plantean las prácticas aeróbicas: caminar, correr, nadar, subir escaleras, bailar, remar, tenis, esquiar, paddle, squach, entre otros, unas tres veces por semana, incluso se pueden combinar algunos más intensos un día, con otros más suaves otros días y siempre en función de edades y estado físico. Por otro lado interesa eliminar los tóxicos, alcohol, tabaco, drogas, y cuidado con los medicamentos inhibidores de la libido. Sí es cierto que grandes deportistas pueden sufrir problemática sexual como cualquier ciudadano, fobias, crisis de identidad sexual, conflictos con la pareja, disfunción eréctil, eyaculación precoz, vaginismo, disminución del deseo, anorgasmia. En otros casos hay gente que sufren patologías sexuales, y realizan los deportes de forma compulsiva, forzándose en los gimnasios a toda máquina, canalizando así su potencial, y luego en las relaciones íntimas se sienten extenuados, evitándolas en lo posible. 

En estos casos de personas con patologías lo más recomendable sería tratarlo y solucionar los problemas. Es cierto, excesos aparte, que una vez más en la vida, mantener un equilibrio, resulta de lo más saludable. Y es precisamente la contribución del deporte al bienestar psicológico general lo que a su vez interviene en el mantenimiento de las relaciones sexuales de calidad. Actúa como un factor anti-estrés, contribuye a mejorar los estados depresivos, relaja los bloqueos de las personas con patología ansiosa y fóbica y contribuye a mejorar la imagen corporal, la seguridad y la confianza en uno mismo. Y en lo concerniente al encuentro sexual en sí mismo, una persona que regularmente hace deporte, tiene una mejor respiración y circulación sanguínea, una tonicidad corporal mayor, una elasticidad y una resistencia que todo ello a su vez son esenciales y necesarias para mantener la dinámica que completa una sexualidad más apasionada, excitante y satisfactoria para los participantes. Fluyen el cuerpo y la mente y se crea un erotismo de más alto nivel. 

En el caso de personas sedentarias sería oportuno que desarrollasen el amor al deporte, y gradualmente ir practicando, ya que puede ocurrirles como a esas personas que sin desarrollar su sentido del gusto o del olfato, aunque tengan ante sí manjares exquisitos al no haber cultivado esos sentidos, no lo pueden apreciar y valorar con el alcance que ello se merece. Conviene recordar que el sexo (junto a otros aspectos esenciales de la vida) es la mejor terapia para una multiplicidad de aspectos vitales y factor esencial para la salud personal y la relación de pareja.

SE ACABARON LAS EXCUSAS / POWER NOW



Hoy he estado leyendo el último libro de Wayne W. Dyer (sí, el de Tus zonas erróneas), titulado Piensa diferente, Vive diferente (Stop the excuses! How to change lifelong thoughts). Nos propone cambiar, si queremos, de creencias, y acabar con las excusas (me ha hecho gracia la frase de Chico Marx con la que empieza el libro; cuando su mujer le pilló besando a una corista, respondió: “No estaba besándola; estaba susurrándole en la boca”). Para aquellos que decimos (o creemos) que “no podemos cambiar nuestra biología”, Wayne Dyer cita a Bruce Lipton (La biología de las creencias): “Tus percepciones tienen el poder de cambiar tu constitución genética; tus creencias pueden cambiar tu biología”. “Al cambiar lo que creo, cambio lo que soy” (James Allen). Respecto a las programaciones tempranas, otra gran excusa (el condicionamiento familiar y cultural), el autor cita a Richard Brodie en su obra Virus of the mind, el concepto de “meme”: “una idea, creencia o actitud de la mente que se puede propagar a y desde las mentes de otras personas”. Acuñado por el biólogo de Oxford Richard Dawkins (El gen egoísta), el meme entra en nuestras mentes por imitación y determina nuestras conductas. Como un virus. Pero depende de nosotros elegir unos memes u otros. “Nuestra vida es lo que nuestros pensamientos le hacen ser” (Marco Aurelio).


Adiós a las grandes excusas, nos propone Dyer. Tenemos una mente consciente creativa, y una inconsciente o habitual. Según Tor Norretranders (The User Illusion), la mente subconsciente procesa millones de estímulos ambientales por segundo, en tanto que la consciente apenas unas pocas docenas. Para reprogramar y orientar nuestras vidas, hemos de cambiar de hábitos. “Un hábito es un hábito, nadie puede tirarlo por la ventana; hay que empujarlo escalera abajo peldaño a peldaño” (Mark Twain).

“Toda ampliación del conocimiento llega a base de hacer consciente lo inconsciente” (Friedrich Nietzsche). El autor nos presenta un catálogo de las 18 excusas más utilizadas (será difícil, va a ser arriesgado, va a tardar mucho tiempo, habría un drama familiar, no me lo merezco, no es mi forma de ser, no me lo puedo permitir, nadie me va a ayudar, nunca ha ocurrido antes, no soy lo bastante fuerte, o lo bastante listo, o soy demasiado mayor o joven, las reglas no me lo permitirán, es demasiado ambicioso, no tengo tanta energía, la culpa es de mi historia familiar personal , estoy demasiado ocupado y me da mucho miedo). “Nada es tan temible como el miedo” (Thoreau), pero todo lo que sea miedo no puede ser amor. 

En la segunda parte del libro, Dyer nos propone siete principios: el conocimiento (“Pensar sin conocimiento es el principal problema de la existencia humana”, Eckhart Tolle), la sintonía (todas las excusas son malas sintonizaciones; la sintonía es el conocimiento en acción), el ahora (el ego es un falso yo que cree en su aislamiento), la contemplación (“La contemplación es la forma más elevada de actividad”, Aristóteles), la disposición (aceptar nuestra responsabilidad), la pasión (el entusiasmo vence a las excusas; es “in-spiritu” o inspirador) y la compasión (“La auténtica compasión es más que echar una moneda a un mendigo… es comprender que un edificio que produce mendigos tiene que reestructurarse”, Martin Luther King; es la voluntad de servicio).

Finalmente, siete ideas básicas para eliminar las excusas:
  1. Eliminar todas las etiquetas.
  2. Conversar con nuestra mente subconsciente
  3. Empezar a practicar la atención (mindfulness)
  4. Comprometernos a superar la inercia
  5. Utilizar el poder de las afirmaciones (por ejemplo, “Aquel a quien toca el amor no camina a oscuras”, Platón)
  6. Vivir en un universo que te apoya y te ayuda
  7. No quejarnos, no explicar
Interesante para los procesos de desarrollo personalizado (Coaching) este libro sobre las excusas, las creencias y la forja de nuevos y mejores hábitos.


DEPENDENT PERSONALITY DISORDER / LA PERSONALIDAD DEPENDIENTE



La Dependencia se relaciona con debilidad, pasividad, inmadurez. Muchos autores insisten en la distinción entre dependencia normal, apropiada a las circunstancias y la patológica. El ser humano por ser social, es dependiente porque es algo imprescindible y útil. 

Pertenece a grupos sociales establecidos como el familiar, laboral, de aficiones y amistades, al vivir en sociedad está imbricado en ello. Los especialistas definen la dependencia, como una actitud y una forma de ser y de estar que conlleva un tono peyorativo. Aplicado a un adulto es sinónimo de inmadurez, incapacidad de resolver problemas propios de la edad. En psicología se concibe un concepto de dependencia muy cercano al de inmadurez, lo cual significa que en la medida en que seas independiente serás maduro y autónomo. 

Se requieren tres tipos de independencia para ser maduro, como la independencia moral, con criterios personales como guía de conducta, a diferencia de lo aprendido y “obedecido”; la social y emocional que implica no ser demasiado dependiente del cariño de los demás, quedando influenciados por las actitudes que los demás tengan hacia uno, y la independencia económica, o sea, ganarse uno el dinero que necesita para vivir. Saber buscarse la vida. 

Los problemas gravísimos que crea la dependencia están en relación con dificultades para desarrollar el propio yo y con ello el potencial humano correspodiente; se mantienen relaciones con personas dañinas y perjudiciales, como las relaciones sado-masoquistas; se permanece en trabajos donde uno ya ha tocado techo y no da el paso hacia adelante para evolucionar y ascender, limitándose las posibilidades de evolución; tener grupos de amigos de niveles inferiores de evolución, cultura, desarrollo humano, valores, etc., y permanecer estancados, siendo conscientes de que ello está perjudicando. 

La dependencia esté asociada a numerosos trastornos como la depresión, están muy relacionadas, en función de los casos, una será la causa de la otra, probablemente la dependencia es la que se origina antes; en la fobia a la escuela, en niños muy dependientes se da pánico al momento de separación de la madre para ir a clase; la agorafobia, personas que dependen de los demás para salir a la calle; en el alcoholismo, es un síntoma común, los enfermos alcohólicos tienen una personalidad muy dependiente, así como las personalidades adictas a sustancias son también muy dependientes. 

La característica esencial de este trastorno es una necesidad general y excesiva de que se ocupen de uno, lo cual ocasiona un comportamiento de sumisión y adhesión, además de temores de separación. Los comportamientos dependientes y sumisos están destinados a provocar atenciones y surgen de una percepción de uno mismo como incapaz de funcionar adecuadamente sin la ayuda de los demás. Estos individuos tienden a ser pasivos y a permitir que los demás (frecuentemente una única persona) tomen las iniciativas y asuman la responsabilidad en las principales parcelas de su vida. Suelen tener dificultades para expresar el desacuerdo con los demás, sobre todo de aquéllos de quienes dependen, porque tienen miedo a perder su apoyo y aprobación y a quedarse solos. Por ello casi nunca muestran enfado. A estos individuos les es muy difícil iniciar proyectos porque les falta confianza y seguridad en sí mismos. Están dispuestos a someterse a lo que los demás quieran aunque las demandas sean irrazonables, por ello a veces sus relaciones suelen ser desequilibradas. Cuando termina una relación importante (pareja, muerte de la madre...) buscan urgentemente otra relación que les proporcione el cuidado y el apoyo que necesitan. Son síntomas que en pequeña medida serían normales. Los sujetos con trastorno de la personalidad por dependencia suelen ser muy pesimistas e inseguros, tienden a minimizar sus capacidades y sus valores. Toman las críticas y la desaprobación como pruebas de su inutilidad. Buscan ser dominados por los demás. Evitan posiciones laborales de responsabilidad y experimentan mucha ansiedad a la hora de tomar una decisión. Normalmente solo se relacionan con las personas a las que va dirigida su dependencia. 

Para algunas teorías, la dependencia es el resultado de la supergratificación del niño, o de todo lo contrario, de una gran frustración por un cambio brusco en la infancia como la pérdida de la madre o un ser querido muy cercano. Esto genera una incapacidad de resolver problemas propios de la edad. Otras teorías afirman que la superprotección paternal predice la dependencia en la adolescencia, y que el autoritarismo hace que desarrolle obediencia, al ser los padres quienes deciden por ellos, anulando su propia individualidad, no permitiendo que vayan experimentando gradualmente sus propias decisiones y con ello sus errores, en consecuencia también serán dependientes. En función de cada caso, también hay que ser cauto con exigir al niño conductas independientes no propias de su edad y para las cuales no está preparado porque provocaría un descenso de su autoestima, complejo de inferioridad y por tanto búsqueda de apoyo (dependencia).