Al fin el cansancio físico y el mental están totalmente interrelacionados, como ocurre con el resto de los potenciales de la persona.
En ambos casos, pueden estar presentes multitud de síntomas según cada sujeto, no obstante en el agotamiento mental predominan estados de apatía, desmotivación, falta de interés, irritabilidad, estados depresivos, negatividad, entre otros.
Y en el cansancio físico está más presente la debilidad muscular, la escasez de fuerza y energía para llevar a cabo actividades cotidianas y rutinas, tensiones y dolor muscular, variaciones en la atención, falta de concentración, y disminución a su vez del rendimiento intelectual.
También es interesante conocer la evolución de un cansancio continuado, para poner soluciones cuanto antes. Una de las consecuencias más frecuentes, es el estrés. Una enfermedad muy seria que agota las energías de las personas y acaba en depresión.
El cansancio se produce por exigencias de actividades y tareas físicas, que se imponen al sujeto, de forma obligada por circunstancias de la vida, y que desbordan su capacidad de resistencia en momentos puntuales. Por deportes extremos es otro tipo de situaciones que se producen frecuentemente.
Para superarlo, es interesante desde el principio, irse adaptando gradualmente en lo posible, dedicar horas suficientes para el descanso, alimentación de calidad y un tiempo para dedicarle a aficciones u otro tipo de ocio.
Y otra situación frecuente donde aparece el cansancio y agotamiento es en los cuidadores de personas mayores, bien sean familiares o contratados. Por ello tienen que planificar en lo posible, ya que las situaciones de cansancio y agotamiento a veces acaban con la vida del cuidador.