Siempre tener presente que en el desarrollo de las personas intervienen múltiples factores, desde la herencia genética, la interacción familiar y social, el desarrollo por la estímulación recibida, las expectativas que uno tenga y otros factores intervinientes, como aptitudes y actitudes. Por ello los sujetos son el conjunto de factores, y no un único factor, como sería ese del orden de nacimiento.
Si bien no existe sobre esto nada rígido y cerrado y son aproximaciones, la gran variabilidad humana lo pone en evidencia.
Los vínculos fraternos suelen durar muchos años, y cuando llega la pérdida de los padres, suelen ser un apoyo natural importante. Al fin un recurso mas en la vida.
Continuando con la personalidad que se desarrolla en función del lugar entre hermanos, fue A. Adler, quien sugirió la teoría del orden de nacimiento. Los mayores tienden a ser más responsables, conservadores, autoritarios y conformistas, por la interacción cercana que desarrollan con sus padres, mientras que los pequeños se relacionan mucho con el hermano mayor, y son más cooperativos. Al fin el pequeño como tiene más "gente" en casa, observará más formas de ser y desarrollará más flexibilidad.
Intentando proteger la psicología del mayor, conviene que haya transcurrido un tiempo prudencial de unos dos años para que al menos consiga elaborar unas bases de su "yo", y con ello el impacto del nacimiento del segundo, le pille ya más consistente.
Parece que los pequeños y medianos tienen más posibilidades de ser menos acomodaticios, independientes, críticos, y tener la mente más abierta y creativa.
De los únicos, se ha dicho que son egoístas, protegidos, dependientes, y siempre se creen el centro.
La realidad es que todo esto se convierte en algo muy variable, en función de cada caso. Hoy los niños desde pequeños, sean únicos o no, pasan muchas horas en las guarderías relacionándose con otros, y comienzan un entrenamiento socializador desde muy pequeñines. Aprenden a ser uno más.
Los padres, que aprendieron a serlo con el mayor, ahora con los otros ya están más seguros y confiados, y puede que no le agobien tanto, sobre todo porque con el primero puede que hayan sido más exigentes y con los siguientes se relajen.
La llegada del segundo hermano puede provocar celos en el mayor, y como sentimiento natural, no tienen porqué ser enfermizos. Otro aspecto es si siente que ha perdido su lugar. En ello pueden ayudar los padres cuando no hacen comparaciones. (SIGUE...)...