Los hábitos son unas acciones generadas por el sujeto, unas costumbres que desarrolla una persona y que forman parte de su comportamiento.
Unas veces serán saludables y adaptativos y en otras ocasiones neutros o disfuncionales, incluso también los hay dañinos y muy perjudiciales.
En esa tendencia a actuar de una determinada manera, el sujeto va eligiendo y decidiendo unos gestos para conseguir un objetivo determinado, comer, lavarse los dientes, hacer deporte, saludar... y así cientos de comportamientos en su día a día...durante su vida.
Y en un principio aplica toda su atención y concentración.
Cuando ese comportamiento se repite varias veces, en las diferentes fracciones temporales, la persona las memoriza.
En la siguiente ocasión, repite lo anterior y así sucesivamente con ello, economiza mucha energía y puede actuar de forma casi autómata. Las rutas en su cerebro quedan prefijadas.
Este mapa mental que se produce con las rutas prefijadas, de los hábitos, facilita la vida del sujeto por un lado y quién sabe, quizás sí puede convertirse también en algo aversivo.
Por ejemplo, en las vidas donde no entre aire nuevo, y predomine la rutina de los antiguos hábitos, múltiples funciones cerebrales quedarán sin usar.
Y las personas que deseen estar atentas, vivas, activas, necesitan experimentar la vida en toda su amplitud.
Les será muy necesario salir de las rutinas, sentir y vivir situaciones nuevas e implicar todo su ser y su potencial y continuar expandiendo todo su ser neuro-bio-psico-social-espiritual.
Unas veces serán saludables y adaptativos y en otras ocasiones neutros o disfuncionales, incluso también los hay dañinos y muy perjudiciales.
En esa tendencia a actuar de una determinada manera, el sujeto va eligiendo y decidiendo unos gestos para conseguir un objetivo determinado, comer, lavarse los dientes, hacer deporte, saludar... y así cientos de comportamientos en su día a día...durante su vida.
Y en un principio aplica toda su atención y concentración.
Cuando ese comportamiento se repite varias veces, en las diferentes fracciones temporales, la persona las memoriza.
En la siguiente ocasión, repite lo anterior y así sucesivamente con ello, economiza mucha energía y puede actuar de forma casi autómata. Las rutas en su cerebro quedan prefijadas.
Este mapa mental que se produce con las rutas prefijadas, de los hábitos, facilita la vida del sujeto por un lado y quién sabe, quizás sí puede convertirse también en algo aversivo.
Por ejemplo, en las vidas donde no entre aire nuevo, y predomine la rutina de los antiguos hábitos, múltiples funciones cerebrales quedarán sin usar.
Y las personas que deseen estar atentas, vivas, activas, necesitan experimentar la vida en toda su amplitud.
Les será muy necesario salir de las rutinas, sentir y vivir situaciones nuevas e implicar todo su ser y su potencial y continuar expandiendo todo su ser neuro-bio-psico-social-espiritual.