Así es...!
Muchas personas viven así, forzando todos sus parámetros físicos y psicológicos, sin escucharse, sin atenderse en lo más mínimo...
Tal vez se sienten tan forzadas por su propia conciencia que ni siquiera escuchan su cansancio, su agotamiento, su sensación de no poder con todo...
Probablemente tienen una exigencia tan alta, una falsa sensación de que son los salvadores de su familia, su gente, que llegan a enfermar por no detenerse ni siquiera a descansar.
Este sería el contexto en el que viven en ocasiones tantas personas que dedican su vida a cuidar a otros, sin tener esa realidad en cuenta:
-Si ellos no se cuidan, en breve no habrá solo un familiar enfermo, existirá también la enfermedad en el cuidador.
El fundamento de los cuidados se enmarca en la condición de ayuda de la persona que está sana, entregando sus atenciones al enferm@, y considerando que cualquier persona tiene unas necesidades básicas:
-Descanso,
-Alimentación,
-Higiene,
-Deporte,
-Relaciones,
-Un tiempo de ocio,
-Un tiempo para su reflexión,
Y en tantos casos de cuidar a otros, se les olvida negociar con el resto de la familia esos tiempos personales imprescindibles, de tal forma que anulan sus mínimos derechos humanos por el deseo de ayudar.
En sí parece lo saludable, ayudar, ayudar...
¿Y quién cuida al cuidador...?
Quién sabe, el primer@ en tomar consciencia de los propios límites, es la persona, de lo contrario, quién lo hará por él, por ella...?
Caer enferm@, agotad@, llegando al límite.....por ayudar, no parece muy inteligente....