A diferencia del fracaso escolar, en el que los estudiantes suspenden y tienen que repetir una y otra vez, el abandono escolar se refiere a los alumnos que habiendo llegado a un nivel mínimo de la enseñanza obligatoria, se retiran del mundo de los estudios.
Según la oficina de estadísticas de la Unión Europea, mientras en España la cifra alcanza el 21,9% de la población, en Europa es de 11.1 %.
De todos los que abandonan, el 25.6% son chicos y el 18.1 %, son chicas.
Lo positivo es que aproximadamente el 42.3%, ha logrado completar una educación universitaria.
Entre los factores que contribuyen al abandono escolar temprano, se hallan los problemas personales, familiares y sociales no tratados a tiempo:
-Modelos de educación familiar anticuados.
-Problemas entre los padres, separación y divorcio.
-Ingesta de alcohol y drogas.
-Educación familiar no centrada en la responsabilidad de los hijos.
-Sistema de enseñanza no motivante.
-Centros escolares con profesores que aplican modelos de educación no coherente con la psicología infanto juvenil actual.
-Formas de evaluación anticuada.
Y así toda una serie de factores que contribuyen a crear problemas, de tal forma que el alumno entra en procesos de desinterés por el mundo de los estudios, y sus objetivos se orientan al abandono del mundo de la educación cuanto antes pueda.
Las consecuencias pueden llegar a multiplicar los problemas del sujeto.
Si bien en muchos casos, pasados dos, tres o varios años, algunos vuelven a matricularse en algún curso de formación, para así llegar a tener un trabajo.