Es tener mucho miedo a atragantarse, llegando a creer que pueden morir ahogados mientras comen.
El caso es que la mayoría de estos pacientes ha sufrido un episodio en el que se les atragantó la comida, y en ese momento al pasarles una pequeña cantidad a la tráquea, les faltó el aire y pensaron que se morían.
Después de la experiencia de verse en ese atraganto, tienen pavor a que su garganta no funcione normalmente, creen que es más estrecha de lo normal y otros temores de mal funcionamiento, según los casos.
A partir de ahí rechazan la alimentación sólida normal, y prefieren beber líquidos. Pierden peso y los familiares se desesperan, sin saber qué darles y hasta cuando les puede durar el problema.
En la mayoría de los casos esta patología surge en personas con alta ansiedad o estrés. Algunos tenían la costumbre de comer a toda velocidad, casi sin masticar.
En conjunto desarrollaron mucha ansiedad y miedo al tragar y es probable que sufran más episodios crisis de ansiedad, y la angustia y el miedo, les llevan a bloquearse más.
Tienen problemas para pensar coherentemente, les entra el miedo a volverse locos, a morirse ahogados, tienen dificultades para respirar, y muchos otros síntomas de ansiedad:
-Mareos y vértigo.
-Sudoración excesiva.
-Temblores.
-Palpitaciones.
-Náuseas y vómitos.
Es importante solicitar ayuda psicológica antes de que vaya a más.
Conviene vigilar la alimentación, aunque sean líquidos, se sugiere que contengan una amplia variedad de nutrientes, ya que llegan a perder mucho peso.
Además si les flaquean las fuerzas, puede causarle todavía más dudas sobre su cuerpo y con ello más ansiedad.
Con el tratamiento psicológico adecuado, tiene buen pronóstico. La gente se recupera normalmente.